Tiendas de campaña en forma de cono como las que salen en los westers americanos, monitores disfrazados de indios, con plumas y flecos, y hasta patinetes con una cabeza de caballo en el manillar son algunos de los muchos detalles con los que la Feria de la Infancia y la Juventud, Iberocio, recrea el Lejano Oeste.

La décimo segunda edición de Iberocio fue inaugurada ayer por el alcalde, Miguel Celdrán, y se prolonga hasta el próximo lunes, día 30. Cinco días durante los cuales, los organizadores esperan unos 65.000 visitantes, según las previsiones del director de la feria, Carlos Bueno.

El alcalde aprovechó para desear que esta cita anual sirva no sólo para la diversión de pequeños y jóvenes, así como para que sus padres descansen, sino que permita "fomentar la amistad y las relaciones". Celdrán apuntó que esta feria no se limita a Badajoz, pues a diario llegan autobuses procedentes de todos los puntos de la región.

DIMENSIONES

Iberocio ocupa 10.000 metros cuadrados de la Institución Ferial (Ifeba), en los que se reparten talleres infantiles, juveniles, animaciones y atracciones. Hay un apartado para las nuevas tecnologías, actuaciones musicales y exhibiciones deportivas. Conseguir que todo salga bien y nadie se aburra es labor de los 120 monitores que trabajan sin descanso.

Desde el 96 se ha ido cambiando cada año la ambientación de la feria, que se ha dedicado a temas como el circo, los duendes, el espacio o los piratas, y este año, el Lejano Oeste. "La idea es ofrecer un ambiente más cálido a los niños que vienen para que no asistan un espacio frío con stands modulares", cuenta Carlos Bueno.

En la misma línea que otros ediciones anteriores, se han potenciado las actividades con discapacitados y así, se han incluido el circuito sensorial con antifaces y bastones, en colaboración con la Once, el taller de comunicación gestual con Adaba y un circuito de sillas de ruedas con Aspaceba.