No es fácil hablar de la hostelería en Badajoz. Hay de todo. Las luces y sombras van por barrios, establecimientos, cartas y personal. Hay barrios donde no se puede ser muy exigente con la tapa y la caña. Hay establecimientos que no esperan ni quieren nuevos clientes a juzgar por sus escasas o nulas reformas. Hay cartas que si las viera Chicote pondría el grito en el cielo. Y hay propietarios y camareros que parecen hacerles un favor a los clientes. Luego, la mayoría, son gente seria, con ánimos permanentes de renovación e innovación, superando la crisis a base de trabajo, entusiasmo y buen producto, donde los clientes se sienten como en casa y, lo mejor de todo, regresan con más clientes. No hace falta ir a Portugal para comer bien en Badajoz. No voy a dar la lista porque tenemos muy buenos sitios en la ciudad donde te hacen sentir bien comiendo, tomando un aperitivo y bebiendo un vino o una cerveza. Son más los buenos que los malos pero sí quiero mencionar, entre los primeros, un sitio al que no voy mucho y que me ha sorprendido gratamente y que ejemplifica el buen hacer de tanta excelente hostelería que hay en Badajoz: la Bodega San José, en la plaza del mismo nombre, junto a la plaza Alta.

Fue el lunes de feria a mediodía. Llena de gente, los camareros a tope de trabajo, la cocina sin descanso. Nos trajeron un plato que, a la vista, resultó peor que en la carta. No es que estuviera malo o mal presentado sino que, simplemente, no podíamos comerlo porque el sabor no fue de nuestro agrado. Solicitada la cuenta y cuando el camarero observó que el plato estaba casi sin tocar, preguntó, le respondimos, lo tiró y nos trajo la papela. Una cuenta donde no se consignó el plato citado por lo que, en vez de irnos, decidimos quedarnos, consumir otros productos y, sobre todo, regresar. Porque nos trataron bien. Porque nos hicieron sentir bien. Hay que fidelizar a los clientes y la Bodega de San José, entre calor y agobio, no se olvidó del asunto. Felicidades porque ellos y La Casona, el Dadá, La Galería, El anzuelo de oro, Jara, Doña Purita, La perra gorda, el Carmen, Marchivirto, Lo Nuestro, Venta Don José, Azcona, Sanxenxo, el Sigar, Lugaris, El Faro en San Fernando, La Esquina y tantos otros, seducen nuestros sentidos mientras nos ofrecen su carta. Y Galaxia, por supuesto.