En el parque municipal de bomberos de Badajoz recibieron ayer un regalo adelantado de Reyes: la visita de Carlos Rigote Vera, un niño pacense de 4 años que sufre parálisis cerebral, síndrome de Lennox Gastaut, ceguera e hidrocefalia, entre otras patologías. El motivo de la visita fue que, a través de su asociación deportiva y cultural, los bomberos han elaborado, en su tiempo libre y cubriendo el coste de los materiales, una escultura con forma de corazón gigante que servirá para recoger tapones de plástico.

Los fondos que se recauden con su venta para el reciclaje serán destinados a ayudar a la familia de Carlos -que dedica las 24 horas del día a cuidar de él- a sufragar su tratamiento y los desplazamientos que realizan a otras regiones para que el niño reciba atención médica.

Aunque todavía le faltan algunos remates, Carlos, sus padres y su hermano pudieron conocer ayer cómo está quedando la escultura, en la que los autores han puesto toda su ilusión y ganas.

La asociación de bomberos solicitará al ayuntamiento que la figura se instale en una zona céntrica de Badajoz para que los ciudadanos puedan colaborar «llenando nuestro corazón de solidaridad».