El Cuerpo de Bomberos de Badajoz se enfrenta cada año a 300 incendios en el interior de viviendas, que deben sofocar en condiciones extremas de temperatura, humo y visibilidad. Para afrontar esas situaciones límites el servicio estrenó ayer unas instalaciones de formación que consisten en un contenedor con diversos equipos llamado flashower , que complementan la torre y edificios destinados a prácticas, y que simula el interior de una vivienda donde se reproducen fuegos en diferentes condiciones. La palabra flashower define "una combustión súbita generalizada dentro de un habitáculo que se produce cuando los gases del humo alcanzan los 650 grados, se inflama el monóxido de carbono y las llamadas se extienden", según el jefe del servicio, Fernando Bermejo.

Esta instalación es la segunda que se habilita en la región --hay otra en el parque de Alburquerque, de la diputación-- y por ella pasan estos días 13 efectivos, para su formación, si bien será utilizada por toda la plantilla y estará abierta a profesionales de otros lugares. De hecho, ayer asistió a la inauguración el responsable del parque de Elvas. Las prácticas las impartieron el instructor Sergio Gausat y Juan Carlos de LIama, jefe de operaciones, como monitor.

REBAJAR LA TEMPERATURA En el contenedor se pueden reproducir incendios que simulan las condiciones del interior de una vivienda en muy diferentes condiciones y controlando los distintos parámetros para que el bombero realice ejercicios. Estos consisten en el control del agua para rebajar la temperatura a nivel del suelo, de la cabeza y del techo del inmueble, donde ayer se contolaron casi los 600 grados y hoy se llegará a los mil grados, la temperatura que puede alcanzar un fuego dentro de una casa.

El instructor y un monitor controlan desde el exterior las distintas entradas de aire, por los laterales --en caso de puertas y ventanas-- y por el techo --chimeneas o huecos de escaleras y ascensores--, así como diferentes posibilidades de extracción y expulsión de humos y de sustancias inflamables, una vez originado un fuego dentro del contenedor. Este estaba revestido en paredes y techo de conglomerado en las prácticas de ayer, y de muebles, cortinas, cuadros y otros elementos que suelen amueblar las casas en las que se realizarán hoy.

SALTO CUALITATIVO De este modo, los bomberos se enfrentan a situaciones muy similares a las que se encontrarán en casos reales, aunque siempre tienen en cuenta la máxima de que cada incendio es diferente. Fernando Bermejo manifestó que el "salto cualitativo --en formación-- es inmenso" al disponer de recursos que están muy extendidos en Europa y otros lugares de España. Con él estuvo el concejal delegado del servicio, Francisco Javier Gutiérrez.

Bermejo señaló que en el contenedor se simulan "las condiciones reales que se encuentra un bombero dentro de un edificio. Hasta ahora, con las excepciones de quienes hemos hecho el curso en otros sitios, la formación era al aire libre, con visibilidad casi absoluta y temperaturas que no tenían que ver con la realidad. Ahora podrán experimentar las condiciones que se van a encontrar antes de meterse en un incendio real, lo cual es una diferencia brutal", por la eficacia de su labor y en autoprotección.

El instructor, Sergio Gausat, explicó que las prácticas mejoran "muchísimo el nivel de seguridad" de los bomberos, pues "los que hacen este curso, yo ya puedo olvidar de ellos porque van a poder salir solos de cualquier problema, y yo puedo dedicarme a leer otros signos del incendio; si no tengo esa seguridad tengo que tenerlos siempre a la vista, lo cual es un problema". Mañana tendrán "la opción de retroceder, porque no se trata de ser temerario, que es la gran diferencia con valentía", dijo.

Alberto Foz lleva cinco meses de interino, realizó el ejercicio y dijo que con "los equipos que tenemos, no nos pasa nada y aunque la realidad es distinta, algo más preparados salimos".