El servicio municipal de bomberos llevó ayer víveres a tres familias que permanecen aisladas por la crecida del río en la Charca de los Pollos, según informó el concejal Francisco Javier Gutiérrez. Los bomberos confirmaron que a primera hora de la mañana les llevaron un saco con una veintena de panes, garrafas de agua, carne, pescado y fruta y tuvieron que hacerlo a pie con los equipos de neopreno porque aunque pudieron atravesar el primer badén con su vehículo, en el segundo fue imposible.

Por otro lado, muy cerca de este lugar, en el Rincón de Caya, ya pudieron volver a sus casas los vecinos que salieron el fin de semana porque había bajado bastante el nivel del agua y se podía pasar en coche por el puente. El compromiso del cuerpo de bomberos era que el miércoles les ayudarían a pasar para dar de comer a los animales, pero finalmente no hizo falta la intervención de la zódiac. Una de las familias de Rincón de Caya fue realojada por el ayuntamiento en un hotel.

El concejal señaló que estas familias están informadas de que desalojen urgentemente el lugar cuando perciban de nuevo una crecida. De todas formas, cada dos horas los retenes inspeccionan la situación.