Me llamó la mujer que me cuida y al ver tanta policía pensé que habían chocado dos coches en la calle". Así se explicó José Infante, un anciano conocido como ´maestro Infante´, cuando él y su cuidadora fueron rescatados a través de un balcón de su casa porque ésta se había venido abajo. Es el 30 de la calle San Pedro Alcántara, esquina con el 49 de Soto Mancera.

Pasaban pocos minutos de la 01.00 de ayer cuando se produjo un primer derrumbe en el edificio, de tres pisos. Acudieron los bomberos, junto con la Policía Nacional, la local y ambulancias del SES y de Cruz Roja. Vallaron la zona y se inició la operación de rescate de las dos personas que se hallaban en la primera planta. Cuando los bomberos inspeccionaban el lugar para ver si había alguien entre los escombros, se produjo un segundo derrumbe, mayor que el anterior, según el concejal de Bomberos, Francisco Javier Gutiérrez.

Un miembro del servicio de rescate apenas tuvo tiempo de salir de la zona cuando sintió el desprendimiento y resultó lesionado con un esguince de tobillo. Fue entonces cuando se percataron de la presencia de dos perros en la segunda planta, que también fueron rescatados. Eran de los inquilinos del piso, que, por suerte, se hallaban fuera.

Los inquilinos son Yolanda Gómez y José Manuel Fernández, padres de un niño y una niña de muy corta edad, que se enteraron de la suerte de su hogar por la llamada un vecino, según contaron a este diario: "Nos invitó mi hermano a cenar en su casa y allí estábamos cuando recibí la llamada", manifestó José Manuel. Su esposa, visiblemente afectada, daba "gracias a Dios por no estar los niños".

El derrumbe cobró un mayor dramatismo por haber ocurrido de madrugada, aunque José Infante no perdió su sonrisa ni cuando lo bajaban los bomberos del balcón. Tras el impacto acudieron numerosos vecinos y el lugar se llenó de agentes, sanitarios y personal de de emergencias con sus luces y vehículos.

TECNICOS Y MEDIDAS El concejal Francisco Javier Gutiérrez acudió al lugar del suceso de madrugada y volvió por la mañana cuando se reanudaban las tareas de desescombros. Explicó que, una vez comprobado que no había más personas en el edificio, se decidió con el arquitecto municipal, Enrique López, vallar la zona. También el cierre de la calle al tráfico y el acceso al párking de Santa María, del que se podía salir por Soto Mancera.

Asimismo, se procedió a sellar con yeso las grietas de la fachada "y a poner unos testigos --en las grietas--, que esta mañana hemos visto que no se habían desplazado". Y a la retirada de los escombros que habían caído en la calzada y un solar aledaño. Esa labor se dejó a las 3.30 horas y se retomó a las 7.30.

Por la mañana trabajaban operarios con una excavadora en el derribo de partes de las ruinas para evitar que se derrumbaran causando peligro para el entorno, y retirando escombros con un camión y un gran contenedor. Los técnicos y los bomberos continuaban con la inspección hasta encontrar una bombona de gas, que fue retirada.

Cabe recordar que éste es ya el séptimo derrumbe que se produce en el Casco Antiguo desde mayo del 2010. Los anteriores fueron en las calles de San Juan, Eugenio hermoso, San Lorenzo y Morales. Además de otros parciales en el Fuerte de San Cristóbal y en Puerta Trinidad.