Una vecina de la calle El Faisán, en la barriada de San Roque, puso fin ayer a una pesadilla de tres días al ser rescatada por la policía local y los bomberos de su domicilio, donde permaneció durante tres días caída en el pasillo sin que nadie supiera nada de ella. Carmen Conejero, de 74 años, vivía sola, y fue un amigo el que avisó a los agentes de que tras varios intentos no la localizaban. Al parecer, la mujer no respondía a las llamadas telefónicas que le realizaban sus familiares desde Madrid, donde reside una hermana.

Los agentes llegaron pasadas las 9,30 horas a la vivienda, situada en la calle El Faisán, número 1, 5º B, muy próxima a la avenida Ricardo Carapeto, y observaron que las llaves se encontraban puestas en el interior de la puerta, por lo que avisaron a los bomberos, ya que sospechaban que la mujer se encontraba en el interior.

Los bomberos se desplazaron al lugar y ayudados por la autoescala subieron hasta el quinto piso del edificio, para lo que fue necesario cortar la calle, ante la sorpresa de los vecinos, muchos de los cuáles pensaron que se trataba de un incendio. Cuando los bomberos entraron se encontraron a Carmen en el suelo del pasillo, donde llevaba unos tres días en la misma posición. La mujer, que se encontraba consciente, aunque aturdida, fue atendida por los servicios médicos y trasladada al Servicio de Urgencias del hospital Perpetuo Socorro.

Según la información facilitado por el Servicio Extremeño de Salud, la mujer "sufría una hipotermia cuando llegó al hospital, pero no presenta ninguna fractura de hueso. Se encuentra estable aunque permanecerá ingresada para hacer un estudio en profundidad para averiguar porqué se produjo la caída y cuáles fueron las circunstancias que le impidieron levantarse". Ayer por la tarde pasó a una habitación en una planta del Perpetuo Socorro, donde sus familiares no quisieron hablar del caso.

SOLAS Carmen es natural de La Parra, aunque reside desde hace muchos años en San Roque, y en su actual casa, en un edificio nuevo, vive desde hace apenas un año, según relató su amiga y vecina María Cruz, quien aseguró que "la echábamos de menos en el banco, donde nos sentamos con otra vecina, en la avenida, desde hace unos días, pero no nos podíamos imaginar que se encontraba en esa situación. Comentamos que hacía días que no sabíamos de ella, y llegamos a pensar incluso si se había ido con su hija a Madrid".

María recordó que Carmen se había operado hacía unos meses de una rodilla, "le pusieron una prótesis", pero nada hacía sospechar lo que le había sucedido. María indicó: "yo también vivo sola, igual que ella".

Carmen es usuaria del servicio de ayuda a domicilio y dos veces por semana, los viernes y los martes, recibe la visita de una auxiliar, que le ayuda en algunas de las tareas domésticas. El viernes la auxiliar se fue porque no le abrió la puerta, pero no le extrañó, pensó que había ido de compras, y ayer cuando llegó se encontró con que se llevaban a Carmen al hospital.