Puede ser la persona que más plantas ha repartido por Badajoz y Extremadura. Braulio Ramos, director general de Jardinería de Extremadura, se dedica al diseño de jardines y producción de plantas desde hace 27 años, cuando dejó su trabajo de investigación como ingeniero técnico agrícola en la finca La Orden para ocuparse de crear su empresa, de las más importantes del sector.

A Braulio Ramos se le puede ver casi todas las obras de la región que lleven algo verde. El ha realizado los proyectos de jardinería de obras como las carreteras de Cáceres y de Valverde, el parque Bioclimático, el de la Alcazaba y la última, la plaza de Minayo, solo en Badajoz.

"Somos los que más árboles plantamos y más jardinería ponemos de Extremadura", afirma. Ramos se enfrenta ahora, con su empresa consolidada y dos hijas que no quieren ser empresarias, al reto de darle continuidad. "Para la empresa mí ha sido un juguete, pero ya no es solo mía, una empresa no debe perderse porque genera trabajo y riqueza", explica a este diario.

Opina que debe haber un modo de sustituir a un empresario que se jubila para no perder una empresa. Braulio Ramos, con 62 años, se muestra abierto a compartir el trabajo de su vida con una persona emprendedora, "no hay falta que sea un socio capitalista, basta con querer; yo aprendí poco a poco", dice. De otro modo, tendrá que cerrar.

Para él la crisis no se ha dejado sentir. "No dejamos de trabajar y hemos aumentado plantilla, porque la jardinería es cada vez más necesaria", en el ámbito particular y en el colectivo, sobre todo en la obra pública. Su actividad ha caído solo en el sector de la vivienda. Nos obstante, es consciente de la actual "travesía del desierto" para muchas empresas y desea que "termine cuando antes".

Jarex está en Badajoz, Cáceres, Mérida y ha entrado en Madrid, Portugal y Marruecos, con una plantilla de 60 personas. Además gestiona una plantación de 50 hectáreas donde produce palmeras, arbustos y "nos autoabastecemos", además de exportar a Levante, Barcelona y norte de Africa.

Su visión de Badajoz, desde luego, es la de una ciudad en la que los pacenses encuentren cobijo bajo los árboles y flores ante la mirada.