La Fundación Primera Fila, en su estand de la Feria de los Mayores en Ifeba, ha presentado al público Bestic, un dispositivo sueco inventado y desarrollado por Stem Hemmigsson, quien, por una enfermedad, no podía valerse por sí mismo para comer. Consiste en una mano robot que, mediante una especie de joystick fácilmente manejable, permite que personas que precisan de otras para alimentarse puedan dejar de hacerlo.

"La Fundación pretende dar visibilidad a la poca accesibilidad y a la necesidad del acceso a las tecnologías de personas con discapacidad", afirma su presidente, José Antonio Lagar. El brazo robot se amolda a la altura de sus usuarios, permite que la cuchara vaya más cerca o más lejos de la boca así como regular su trayectoria y también dispone de diferentes modos, como para alimentos sólidos o líquidos. Es manejable, ya que pesa menos de tres kilos aunque, de momento, no se puede comprar en España. Sí alquilarla, por un precio de unos 350 euros al mes.

"La intención no es quitar la figura del cuidador, pero con este invento, muchas personas podrían ganar en autonomía", argumenta Lagar. En la misma línea, Silverio Nogales, técnico de Comercio Internacional, alaba los posibles usos del nuevo invento. "Podría mejorar la vida de personas tetraplégicas, ya que el joystick puede manejarse con una pajita. También para enfermos de alzheimer, de parkinson, parálisis cerebral o para aquellos que hayan sufrido un ictus", confirma.

Nogales pone como ejemplo de posible usuario del invento al expiloto de Fórmula 1 Michael Schumacher, que sufrió una grave caída mientras esquiaba. "Puede resultar muy útil para gente que pierde temporalmente la sensibilidad, o que necesita aprender nuevos hábitos", finaliza.