Y el parto se produjo. El esperado y prometido encuentro entre el presidente de la Junta y el alcalde de Badajoz se celebró en un ambiente entre "cordial" y "de cortesía", entre desconfiado y de reojo. Vara llegó vestido con su mejor actitud, sin bajar la guardia ante un Celdrán escéptico, que le expuso los proyectos y las necesidades de la ciudad que requieren la colaboración institucional. El compromiso de sacar adelante la plataforma logística y el plan general para octubre no es mal comienzo, aunque hay otros asuntos pendientes, que deben ir en la carpeta que el alcalde entregó al presidente. Algunos son de suma importancia, como la alcazaba, el río, o la ubicación de la estación del AVE en Caya, y están vinculados al Ministerio de Vivienda e impulsó la exministra Trujillo, en el caso de los dos primeros, y a Fomento el tercero. Hay otro proyecto de enorme interés, la ronda sur, sobre el que se pasó de puntillas. Ahora lo que se espera de ambos dirigentes es la necesaria colaboración y a ser posible lealtad y respeto --¿es mucho pedir?--, para avanzar en una simbiosis productiva entre la ciudad y la región y para que las diferencias que surjan se diriman sin causar daños a los ciudadanos.