Por 117 votos a favor, 5 en contra y 10 abstenciones, la última --e histórica-- asamblea general extraordinaria de la Caja de Ahorros de Badajoz, a la que asistieron 132 de los 148 consejeros convocados, aprobó todos los puntos del orden del día, incluidos el de renuncia a su condición de entidad de crédito y, simultáneamente, su conversión en una fundación de carácter especial. Acto seguido, se aprobó la constitución de su primer patronato, que lo forman los 16 miembros del anterior consejo de administración, presidido por Francisco Manuel García Peña; con secretario de Andrés Moriano; y director general, Emilio Jiménez Labrador.

La nueva Fundación Caja Badajoz se subroga todos los derechos y obligaciones que tenía la Caja con anterioridad, incluida la Obra Social y Cultural, que "será la actividad que desarrolle la fundación; se dedicará en exclusiva a actuaciones de obra social y a la gestión del patrimonio propio, que asciende, según el balance, a 108 millones de euros", según manifestó a este diario el presidente de la institución.

En el patrimonio propio, aseguró García Peña, están incluidos los edificios que construyó la Obra Social y que tiene cedidos en uso a entidades de discapacitados, asociaciones y administraciones públicas como la universidad. Incluye también una parte del edificio de la antigua sede de San Francisco, que comparte con Caja3-Ibercaja.

A partir de ahora, la actividad financiera la desarrolla Ibercaja Banco SAU, en la que Caja Badajoz tiene una participación del 4%.

La asamblea votó también la delegación de funciones al equipo rector para realizar los trámites necesarios. Así mismo, al aprobar la constitución del patronato, se aprobaron otros acuerdos, como la aprobación del balance cerrado a 30 de septiembre como balance de transformación, un informe de los administradores y los estatutos de la fundación, así como se determinó la dotación funcional, el capital aportado y que se mantiene como parte inamovible, los fondos propios, por más de 45 millones de euros.

A partir de ahora, la fundación se queda con sede en la 'Torre' y con seis trabajadores, "que son los que quedaron cuando se hizo la fusión, pues la mayoría de ellos pasaron al banco".

Para García Peña, el paso dado ayer supone "una nueva etapa", Y afirmó que "independientemente de la personalidad jurídica, vamos a continuar con la labor de la Obra Social como venimos haciendo desde hace casi 125 años, que los cumplimos el próximo año. Todas las actividades de la Obra Social se harán como fundación y no nos va a diferencia nada de lo que hemos venido haciendo".