Entramos en el 2005 doloridos con tanta muerte y destrucción en el mundo, por desastres naturales como el del tsunami, por otros tan artificiales que tendrán hasta derechos de autor, por las guerras y hambrunas provocadas o no evitadas, pero también también en nuestro país con los atentados de marzo y el resto del año y la pirula final de los patriotas vascos, tan ajenos a todo lo que no sean sus efluvios vaporosos en su marcha cara al sol con la camisa nueva. Pero también con esperanza en lo local, donde tras una incomprensible falta de diálogo, el alcalde y el presidente autonómico se encontraron en un clima de colaboración que puede que esta vez no sea de cara a la galería.

Un hecho de gran interés es el compromiso de las tres administraciones, para la segunda quincena de este mes, de presentar a los vecinos de Los Colorines y a la ciudad sus ideas, propuestas y recursos para resolver un problema crucial. Este año estarán listos el palacio de congresos y el casino, está en marcha el nuevo Ifeba y la obra de los arroyos y en el futuro la plataforma logística, o la estación del AVE. Mas no hay que olvidar que las infraestructuras son para la personas, ni el dolor ajeno.