Menos mal que el empresario que se ha propuesto levantar un hotel de cuatro o cinco estrellas en el Caco Antiguo de Badajoz, en el emblemático edificio de Las Tres Campanas, dijo desde el minuto uno, según leo en un artículo que se publicó en este periódico en 2010, que «no tenía prisas», porque sin duda se ha demostrado que además de una importante inversión, éste empresario debía contar con una buena dosis de paciencia. Siete años después, en mayo, comenzó la demolición del edificio y ya lleva cuatro meses la obra parada.
El motivo, según nos contó esta misma semana Choni Romasanta en un excelente artículo: el hallazgo de una fosa séptica en la parte del edificio que da a la calle Duque de San Germán. Como lo leen.
Así que la semana va de caquitas. Ya sean la de los perros que pasean por Badajoz y que tan magistralmente y con tantos detalles describía este lunes mi compañero de columna Juanma Cardoso; como todas aquellas que nuestros antepasados recientes depositaron en ese hueco oscuro y mal oliente.
Quién les iba a decir a los marqueses de Fonseca que sus caquitas y pipís iban a ser centro de atención varios siglos después. Pero así es. Según cuenta Choni, Patrimonio, esa temible a la vez que desconocida entidad, ha decidido que hay que conservar una fosa séptica probablemente del siglo XVII, por eso decía que sus dueños no eran tan antepasados; lo cual es bastante complicado, según los técnicos, por su ubicación.
El hotel boutique o con encanto que se quiere construir sobre esa fosa séptica sería el primero de estas características que habría en un barrio que está pidiendo a gritos su rehabilitación. Sería el segundo en una ciudad donde hay que seguir dando pasos para atraer a más y mejor turismo. Y ello sin contar que su construcción supone la recuperación de un magnífico edificio en deshuso desde hace años.
Suscribo las palabras de la arquitecta del proyecto que confía en una «respuesta positiva» de Patromonio para seguir adelante con las obras. Y de mi cosecha digo: ¡Como sí no tuviéramos otras mejores cosas que conservar!.
