El PP y el PSOE no podía dejar pasar más tiempo sin poner cara a sus candidatos a la Alcaldía de Badajoz. Debían acallar rumores a voces. Esta semana ya se han definido y en ambos casos han sido los partidos los que han impuesto el criterio del candidato con más posibilidades, a pesar de que ninguno de los dos había manifestado claramente su interés por encabezar las listas.

Miguel Celdrán no se va porque tiene mucha gente detrás que lo apoya. Según la oposición, la verdadera razón es que su marcha provocaría una lucha por la sucesión que el PP no puede tolerar.

En el PSOE había varios candidatos, dos de los cuales, Lorenzo Blanco y José Ramón Suárez, habían expresado públicamente que estaban interesados en presentarse. Francisco Muñoz permanecía callado y, en contra de sus detractores, que lo acusan de renegar de esta opción porque no admite que su futuro esté en la oposición, ayer sorprendió con su decisión de aspirar a ser el alcalde de Badajoz. Quiénes dudábamos de sus ganas nos tenemos que tragar ahora nuestras palabras y --haya sido forzado o no-- lo cierto es que Muñoz se ha echado hacia adelante y dice que quiere ser alcalde.