Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz está elaborando un informe sobre las personas que viven en la calle con el objetivo de conocer cuáles son sus necesidades y determinar qué servicios y recursos se pueden poner a su disposición tanto por parte de esta oenegé como de otras instituciones.

La primera parte del estudio ha consistido en realizar encuestas a las personas que acuden a los centros de transeúntes de las dos ciudades, para hacer una historia de vida y saber por qué recurren a ellos.

En estos momentos se está llevando a cabo una segunda fase, que consiste en realizar entrevistas a personas que viven en la calle, no solo para conocer cuántas se pueden encontrar en esta situación, sino también para saber sus historias personales, por qué no se dirigen a los centros de transeúntes y averiguar qué tipo de servicios de los denominados intermedios -- por ejemplo, instalaciones donde pueden asearse, comer... como existen en otras ciudades-- pueden cubrir sus necesidades.

Así lo explicó ayer Pedro Herrera, director del Centro Hermano, que hasta el próximo 22 de noviembre celebra una semana de puertas abiertas para acercar su labor a los ciudadanos. Esta actividad, junto con otras que se desarrollarán hasta el domingo, como la instalación de un estand informativo en San Francisco o la proyección de películas en el COC, se enmarcan dentro de la Campaña del Día de los Sin Techo, que este año pretende llamar la atención sobre los derechos de estas personas y que muchas veces olvidada el resto de la sociedad.

En lo que va de año, el Centro Hermano ha acogido a 490 personas. De ellas, el 25% son hombres y mujeres sin hogar ajenas a cualquier otra problemática y que se han visto en esta situación por diferentes circunstancias (desempleo, separación...). Otro 22% son personas con problemas mentales y adicciones. Un 20% de los acogidos han sido extranjeros no comunitarios, y otro 20% procede de países de la Unión Europea.

Herrera señaló que estos porcentajes son similares a los de otros años, aunque lo que va variando es el perfil de los usuarios españoles, cuya media de edad se ha reducido hasta los 40 años. Un tercio de los 490 acogidos eran de Badajoz.