No es la primera vez que Carmen Posadas (Montevideo, Uruguay, 1953) pasa por la Feria del Libro de Badajoz, donde ayer presentó su ultima obra, El testigo invisible , el testimonio novelado de un sirviente de la familia imperial rusa, único superviviente de su brutal asesinato, que recrea los últimos años de los Romanov. En el paseo de San Francisco, Posadas reconoció que esta historia, junto con el hundimiento del Titánic y la de Jack el Destripador, son los tres hechos reales que más fascinación han causado en el siglo XX, pero "sobre la muerte los zares y el asesinato de toda la familia hay muchísimos mitos y leyendas y se tiende a olvidar cuál era la historia real". Por eso, esta escritora quería contar qué pasó en realidad.

Toparse con este suceso no fue casual. Sus padres vivieron en Rusia 4 años y ella se casó en Moscú. "Siempre había tenido como una asignatura pendiente todo lo que tenía que ver con Rusia, sabía que algún día iba a escribir pero no que iba a contar esta historia, porque yo había leído mucho y me daba la impresión de que estaba muy trillada". Sin embargo, cuando empezó a adentrarse, comprobó que había encontrado muchos detalles desconocidos. Entre ellos, la muerte de Rasputín, pues la versión que quedó para la historia fue la que contó su asesino pero ahora se sabe, porque se han desclasificado documentos de los servicios secretos británicos, que no fue exactamente como describió quien lo mató, "aunque fue aún más rocambolesco".

Sobre la muerte de los Romanov cree que se sabe prácticamente todo desde que encontraron los restos en 1991. En el libro se cuenta cómo la falsa Anastasia que consiguió engañar a todo el mundo durante 60 años y murió haciendo creer que lo era, "por un pequeño error se acabó descubriendo cuando aparecieron los restos".

Tras novelar este pasaje histórico, Carmen Posadas está dedicada en exclusiva a su promoción, de feria en feria. Echando la vista atrás, esta escritora que empezó su carrera en la literatura infantil, defiende que "el que sabe escribir para los niños y sabe retener su atención, ya tiene mucho ganado para convertirse en un escritor de adultos, porque los niños o los enganchas o no y si no le gusta el libro lo dejan", por eso considera que puede ser un buen método para aprender a escribir.