El Ayuntamiento de Badajoz modificará la Ordenanza Municipal de Inspección y Control Urbanístico para introducir una normativa específica para la conservación y mantenimiento de inmuebles, solares y fachadas en el Casco Antiguo. Así lo avanzó ayer el concejal de Urbanismo, Carlos Urueña, quien explicó que responsables de distintas delegaciones están ya trabajando en el nuevo texto, que tendrá que ser aprobado por el pleno. «Es un proceso complicado y la tendremos lo antes que podamos, pero no nos hemos marcado un plazo», reconoció el concejal.

El anuncio de esta normativa especial para el Casco Antiguo (ahora se aplica una común para toda la ciudad) llega después del último derrumbe de una vivienda en el barrio, ocurrido el miércoles en el número 48 de la calle Amparo. Se trata de una casa deshabitada, cuya propiedad se desconoce y en la que el ayuntamiento intervendrá de manera subsidiaria, una vez se ha declarado en ruina.

El objetivo que se persigue modificando la ordenanza es atender la «casuística distinta» en materia de conservación que presenta el centro histórico con respecto al resto de la ciudad, al tiempo que contar con mecanismos que permitan agilizar la intervención subsidiaria del ayuntamiento en los inmuebles y solares en mal estado, cuyos dueños no cumplan con su obligación de mantenerlos en condiciones o no sea posible localizarlos. Esta última circunstancia junto con la imposibilidad de realizar una revisión del interior de las viviendas son, según Urueña, dos de los problemas a los que se enfrenta el servicio de Inspección y Disciplina Urbanística, pues solo se puede apercibir y actuar en aquellos casos en los que el deterioro es perceptible desde el exterior o cuando se produce el desplome, como ocurrió en la de la calle Amparo.

Aunque no precisó un dato exacto, el concejal aseguró que el número de viviendas abandonadas en el Casco Antiguo es enorme y que, cuando se conoce la propiedad, se inician expedientes sancionadores si sus dueños no las mantienen y se actúa de manera subsidiaria demoliendo, apuntalando o limpiando solares, repercutiendo después los costes a sus propietarios, pero en una gran mayoría de los casos la titularidad de los inmuebles se desconoce. En ambos supuestos, solo se puede intervenir cuando existe «un motivo real y lo autoriza un juez», por lo que los procesos son complejos y largos, a no ser que sea «una ruina inminente».

El concejal de Urbanismo reconoció que los costes de rehabilitación y la «incertidumbre» de toparse con restos arqueológicos que obliguen a parar las obras o modificar los proyectos son dos de los problemas que se ponen sobre la mesa a la hora de construir en el Casco Antiguo. En este sentido, defendió la necesidad de que se habiliten más líneas de subvenciones directas, no solo desde el Ayuntamiento de Badajoz, que a través de la Inmobiliaria Municipal concede ayudas a la rehabilitación en el Casco Antiguo y ha suprimido el ICIO, sino por parte de la Junta de Extremadura y la Diputación de Badajoz. «En esto deberían estar todas las administraciones, sea a través del consorcio o no», dijo.

Sobre este último, el grupo municipal socialista aseguró ayer que el equipo de gobierno lo utiliza como «excusa» para no actuar de manera «inmediata», cuando, a su juicio, el ayuntamiento tiene medios «para intervenir más y evitar que el Casco Antiguo siga deteriorándose». En este sentido, el portavoz socialista, Ricardo Cabezas, reprochó al PP y Ciudadanos su «indiferencia» ante los edificios en ruina y solares sin edificar en el centro histórico y aseguró que el derrumbe de la calle Amparo es «un botón de muestra de que continúa su degradación».

El PSOE instó al equipo de gobierno a ser «valiente» y acabar con las viviendas en ruinas aplicando la Ley del Suelo y Rehabilitación Urbana, obligando a que se hagan las obras necesarias para su conservación y actuando de manera subsidiaria en caso de que no sean ejecutadas por sus dueños. Asimismo, planteó la figura de la «venta forzosa», aunque sería «el último recurso».

Por su parte, los vecinos del Casco Antiguo siguen insistiendo en que se endurezca la ordenanza para acabar con las ruinas en el barrio y que no salga «gratis» tener una propiedad abandonada.