Los casos de abandono animal en la ciudad se han incrementado hasta un 30% este verano con respecto al mismo periodo del 2009. El dato lo ofrece la Asociación para la Defensa de los Animales Abandonados (Adana) de Badajoz, que solo entre los meses de julio y agosto ha recogido de la calle a una treintena de animales, la mayoría perros, pero también algunos gatos.

Aunque lamentable, esta situación no ha sido una sorpresa para el colectivo, según reconoció su presidente, Agustín Mansilla, quien achacó el aumento de abandonos a la imposición del microchip --obligatorio a partir de diciembre-- que permite la identificación electrónica de las mascotas, lo que supone un coste económico a los propietarios. "Hay abandonadores potenciales y esta es la excusa. Confiamos en el que en el 2011 se vuelva a la normalidad", señaló.

Este aumento en los casos de abandono ha sido similar en otras ciudades españolas, aunque no se ha detectado en las poblaciones de regiones en las que se va un paso por delante en la protección de los animales. "En Cataluña está mucho más regulado, hay más campañas con apoyo gubernamental, más control e incluso las perreras se han propuesto llegar al sacrifico cero", mientras que en la perrera de Olivenza, según los datos de Adana, se han sacrificado más de 4.000 perros desde el 2007. En la perrera municipal de Badajoz, a falta de cifras oficiales, estiman que se sacrifican unos 600 al año.

Las asistencias a animales heridos por maltrato o atropellos también siguen alza y cada vez resultan más costosas. Solo en el 2009 el colectivo destinó 22.000 euros.

Frente al abandono y al maltrato, Adana aboga por la educación y la concienciación. Por eso, este curso quiere llegar a más de un millar de estudiantes con las charlas que imparten en colegios e institutos. Además, está ultimando un proyecto con una empresa extremeña para sacar a la venta golosinas con el emblema de la asociación, que se distribuirán en comercios.