Que dos tercios de las cubiertas de la Catedral de San Juan, en Badajoz, se encuentran en muy mal estado y necesitan un arreglo urgente no es una demanda nueva sino que se trata de una antigua reivindicación del cabildo, que tuvo su materialización en la obra que se acometió para el arreglo de un tercio de los tejados, que concluyó en marzo del año pasado. Queda por tanto pendiente una parte importante de las cubiertas, como ya es conocido, pero las últimas y abundantes lluvias han puesto de manifiesto la urgencia de acometer esta nueva fase, que debería ser la definitiva para poner al día el primer templo de la diócesis.

Hace unas semanas, algunas de estas humedades llegaron a convertirse en goteras de las que caía literalmente agua. Las más llamativas eran las situadas en la techumbre del claustro, donde las monjas tuvieron incluso que colocar cubos para recoger todo el agua que caía y, dentro, se afanaban en fregar el suelo para evitar los resbalones. Además de las humedades visibles en el claustro, también son apreciables grandes manchas en las bóvedas de la capilla del sagrario y en la nave de la derecha, según se entra en el templo catedralicio. Asimismo, hay humedades en las viviendas adosadas a la catedral, donde está la sala de vestuarios y en la sacristía.

El deán, Sebastián González, se puso la semana pasada en contacto con la directora general de Patrimonio de la Junta de Extremadura para darle a conocer la situación que se está produciendo en la catedral pacense y, según González, la responsable se ha mostrado totalmente abierta a colaborar para llegar a alguna solución. González defendió que esta actuación podría acogerse a las ayudas extraordinarias concedidas por el Gobierno central para los daños ocasionados por el mal tiempo o bien reclamar fondos al Ministerio de Fomento, como se hizo en la primera fase ya terminada, que se reparó con dinero del 1% cultural. González calcula que la reparación completa de la cubierta podría suponer entre 1,5 y 2 millones de euros. Sin embargo, el deán se muestra comprensivo y entiende que en estos momentos puede haber otras prioridades. "Nosotros no somos el ombligo del mundo", se sincera.

NO HAY RIESGO Aunque parece que el temporal ha remitido y Sebastián González recalcó que en estos momentos "no existe riesgo" de que se produzcan desprendimientos, sí alertaba de que, de seguir cayendo agua, podría ocurrir que se viese dañado algún sillar porque si el agua cae constantemente se acaba deteriorando la bóveda, aunque reconoce que el daño no es el mismo cuando está construida en ladrillo que en mampostería. "No se puede ser alarmista, pero las goteras destruyen una casa", comenta

El mal estado de buena parte de las cubiertas de la catedral pacense no es desconocido por ninguna de las administraciones ni instituciones que pudieran verse implicadas y el cabildo ha mostrado siempre el interés por acometer la obra en cuanto haya financiación, pero el deán apunta que nadie podía prever que las lluvias fuesen tan abundantes y causasen los daños que han provocado.

Hace un año se inauguraron las últimas obras de reparación, rehabilitación y mejoras que se han acometido en el templo catedralicio, por valor de 2,4 millones. Entre la acuataciones más importantes estuvo el arreglo de un tercio de las cubiertas, con 600.000 euros. También se restauró el retablo mayor, las rejas de la capilla mayor, el coro y se colocó una mesa del altar y una sede episcopal nuevos. Asimismo se ha mejorado el sonido y la iluminación y se están restaurando los tapices.