La caza y la pesca mueven anualmente un volumen de negocio superior a 400 millones de euros en Extremadura gracias a miles de aficionados, pues existen 89.000 licencias de caza (cada temporada vienen a Extremadura del orden de 20.000 cazadores foráneos) y 119.000 de pesca, en una región con más de 3.300 cotos de caza y 19.000 kilómetros de costa interior. En definitiva: «un paraíso para cazadores y pescadores», según destacó ayer el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, durante el acto de inauguración de la 29 edición de la Feria de la Caza, Pesca y Naturaleza Ibérica, que se celebra hasta el domingo en Ifeba, con casi un centenar de actividades programadas. Este año destaca la gran exposición de la Asociación Armera dedicada a La Armería del siglo XXI.

Del futuro de estos sectores fundamentales para la economía extremeña y del medio rural habló el director general de Política Forestal de la Junta de Extremadura, Pedro Muñoz, quien avanzó que en la legislatura que ahora se inicia la Junta quiere elaborar un Plan Estratégico de la Caza y la Pesca, pues los nuevos planteamientos en las políticas europeas tienen como objetivo la intensificación del cuidado del medio ambiente y la preocupación por el clima y cualquier gestión de recursos naturales, debe contribuir a alcanzar estos objetivos y al mismo tiempo avanzar en el desarrollo de las zonas rurales y en la creación de empleo.

La estrategia que anunció se acompañará de medidas para hacer más competitivos estos sectores. En concreto, en relación a la pesca deportiva, el director general explicó que están trabajando en un inventario de zonas aptas en embalses de la comunidad y la elaboración de planes de control y erradicación de especies acuicolas invasoras que están dañando la biodiversidad de las masas de agua y a la actividad deportiva de la pesca. Muñoz recordó que el miércoles se publicó la orden general de veda de pesca con las novedades normativas y aprovechó para hacer un llamamiento a la responsabilidad de los pescadores y su papel en el control y erradicación de especies como el siluro o el pez gato.

Respecto a la caza, las políticas generales se apoyarán en dos pilares: los planes comarcales del Plan General de Caza de Extremadura y el desarrollo reglamentario de la modificación de la ley aprobada en abril. Así, la Junta trabajará potenciando el sector en todos sus modelos de gestión: cotos privados, sociales y terrenos cinegéticos de gestión pública. Según defendió, el objetivo será conseguir un sector más profesionalizado y competitivo que contribuya a la creación de empleo y al mantenimiento de la población rural.