Los continuos problemas de convivencia en la barriada de Los Colorines, derivados en la mayoría de los casos por el tráfico de drogas, han vuelto a enfrentar a las Administraciones. Tras la reyerta del jueves y el robo que sufrió a principios de agosto la oficina que la Junta de Extremadura tiene en esta barriada, el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, señaló ayer a la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, como la autoridad competente para poner fin a estos conflictos.

Celdrán le pidió que "coja el toro por los cuernos" y tome soluciones "drásticas" para acabar con la situación que se vive en esta zona de la ciudad. Se quejó de que Badajoz se haya convertido en el "oeste" y que "cada día haya más tiros, algo que nunca antes había pasado".

Según dijo: "no he visto una ciudad en España donde haya más tiros que aquí".

Para el alcalde la solución vendría de la colaboración con la justicia. "Deben pedir al juez permiso para registrar todas las casas, y los vecinos que viven allí y son honestos no tendrán inconveniente en mostrar sus casas", señaló.

En este sentido añadió, que "debe irse a por aquellos que la policía conoce y todo el barrio conoce, y hacer controles".

Celdrán aseguró que en un encuentro reciente y privado con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, le propuso al presidente una solución para los Colorines de la que no quiso hablar. Se limitó a comentar que Vara "también está muy preocupado".

Por su parte, Pereira reconoció que la delegación participó con la Junta y el ayuntamiento en un plan integral para la recuperación de los Colorines que acordaron en el 2005 y en el que se comprometió a intensificar la presencia policial y a colaborar en los desahucios, algo que, según dijo, se cumplió.

Sin embargo, las tres administraciones no se han vuelto a reunir, pero la delegada reiteró ayer su colaboración para trabajar.

No obstante, quiso dejar claro que a la delegación "no le compete liderar ese proyecto, sino estar a disposición", porque en los Colorines hay problemas de seguridad, convivencia y de servicios básicos.

Según dijo, "es un trabajo muy complejo que ninguna administración podría hacer sola".

En marzo del 2005 las tres administraciones acordaron enviar a sus técnicos a trabajar en la recuperación de Los Colorines. La Junta abrió allí una oficina y se pusieron en marcha varias acciones. Sin embargo, la desaparición de la Agencia de la Vivienda en el 2008 supuso un "parón". Se desarrolló el programa Renacimiento , pero los técnicos de la Junta no trabajan ya en el lugar, la oficina se cedió al Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS), cuyos trabajadores realizaban su labor hasta que este mes saquearon las instalaciones.

La concejala del IMSS, María del Rosario Gómez de la Peña, aseguró ayer que se sigue trabajando, pero fuera del barrio.