La ciudad sigue creciendo y una de las vías más importantes de desarrollo es el Cerro del Viento y la carretera de Olivenza, que trasbasan la ubicación del cementerio viejo. Sin embargo, el gobierno municipal descarta que este cementerio vaya a desaparecer. "No tenemos idea de quitarlo, porque forma parte de la historia de Badajoz", manifestó en declaraciones a EL PERIODICO la concejala de Cementerios, María Dolores Beltrán.

La concejala del área apuntó que en muchas ciudades los cementerios antiguos, ya en desuso, han permanecido como lugares visitables, dado su valor histórico y artístico, como es el caso de París o La Habana y Badajoz podría hacerlo también. "A lo mejor algún día se decide que en el cementerio viejo ya no se efectúe ningún enterramiento más", concluyó.

20.000 ENTERRADOS

Este camposanto, llamado de San Juan, data de 1839 y alberga entre 18.000 y 20.000 enterramientos, el doble que en el cementerio nuevo, donde puede haber enterradas unas 10.000 personas. El camposanto nuevo, denominado de la Soledad, se puso en uso en 1983.

En la actualidad hay nichos en el cementerio nuevo suficientes para un año, teniendo en cuenta que anualmente se produce en Badajoz una media de 800 enterramientos, cifra que incluye los poblados, donde ocurren cada año ocho muertes. Pero además, existe un proyecto para construir tres nuevos bloques, cada uno de los cuales cuenta con 220 o 240 nichos, además de otros 33 en Villafranco y otros en Balboa.

En 1998 se construyeron sepulturas (para tres enterramientos y un departamento de osario) y panteones (para ocho enterramientos y dos departamentos de huesos), de los que todavía quedan algunos por vender. Un panteón cuesta 9.580 euros, el precio de una sepultura es de 3.200 euros y un nicho 437 euros (73.000 pesetas).

La adquisición se hace para 50 años, renovables a otros 50 a partir del segundo enterramiento, sin necesidad de volver a pagar. La concejala destacó que Badajoz es una de las pocas ciudades donde este contrato se hace a perpetuidad, pues lo normal es que transcurrido un tiempo revierta a la propiedad municipal. En el cementerio viejo ya no se construyen nuevos nichos, pero los familiares siguen utilizando los de su propiedad.

EPIDEMIA

Las principales obras del camposanto antiguo son de mantenimiento. En estos momentos se está preparando el departamento séptimo, que consiste en hormigonar y adoquinar nueve calles y salvar los problemas de desnivel existente, lo que dificultaba el acceso de los vehículos funerarios. Este problema se ha solucionado con un nivel superior al que se accede por una escalera en un extremo y una rampa en el otro. Dolores Beltrán calculó que en dos meses podrá estar terminada toda la obra, si se cumplen las previsiones.

Como curiosidad, también se ha adecentado un espacio de sepulturas de militares que murieron en 1918 por una epidemia. La obra ha consistido en dignificar el entorno, ajardinarlo y se colocará una estatua en homenaje a los soldados.