El asunto del cementerio para la comunidad musulmana de Badajoz es un tema recurrente, que lleva coleando desde hace varias legislaturas. Siempre sin solución. Si no ha decaído ha sido por la constancia y la habilidad del imán, Adel Najjar, quien ha seguido una política inteligente, posibilista y hábil. Haciendo pedagogía e intentando acercar a sectores significativos de la sociedad badajocenses a sus puntos de vista o, mejor dicho, a los del colectivo religioso que él dirige. Es muy loable esa posición, pero si los musulmanes de nuestra ciudad tienen razón -y la tienen- lo hay que hacer es dársela y dejarse de impedimentos administrativos y de zarandajas. Puede ser que la puesta en práctica de la solicitud conlleve cierta labor previa de desbroce legal en Extremadura, pero ha habido tiempo más que sobrado para solucionar de una vez este asunto. Siempre he creído, y lo sigo creyendo, en la existencia de otros motivos inconfesables, basados en prejuicios y, en muy alta proporción, en la falta de cultura de una parte sustantiva de nuestros responsables políticos de todos los colores. El problema no reside en si los musulmanes tienen que adaptarse a nuestras costumbres. ¿Qué costumbres? Una parte de ellos son españoles de origen y nacimiento. En el fondo, se trate o no de musulmanes, son ciudadanos de pleno derecho y ha de hacerse todo lo necesario para respetar su libertad de pensamiento. Y no son de recibo esos reproches, infundados, de que el islam es intolerante, porque haya situaciones en que un régimen político con esa creencia lo sea. También hay intransigentes en el judaísmo, en el budismo, en el hinduísmo y, por cierto, en el cristianismo, católico o no. ¡Qué nos van a contar que no sepamos! El problema de la necrópolis musulmana de aquí ha de solucionarse. Y ya. Quizás haya otras cuestiones distintas a negociar con ese grupo de vecinos. Pero no ésta. Parece que el nuevo vicealcalde -¿se dice así?- está en la línea de enmendar errores. ¡Que se note la apertura intelectual, si la hay! Y, por cierto, puestos a falsear la opinión de los votantes, no me parece desacertado que el concejal de Vox se ocupe de la gestión de la basura de nuestra sufrida ciudad. Es lo suyo.