Ya se ha corrido la voz de que el Centro Hermano de Badajoz cierra irremediablemente dentro de siete días (el 30 de septiembre) y en las últimas semanas se ha reducido la entrada de acogidos a las instalaciones. Antes la media habitual era de 30 a 35 personas. Ayer había una docena de personas acogidas. El director del centro, Manuel Díaz, comentaba que sobre todo no vienen "los habituales", porque al enterarse de que en Badajoz no podrán alojarse, "cambian su itinerario y se dirigen a otra ciudad".

Desde los responsables del Centro Hermano ya han comunicado al "colectivo" el futuro que les depara, para que orienten su porvenir. Manuel Díaz explica que intentan transmitir sensación de normalidad, que el cierre no se palpe y en ningún momento se ha mermado la atención que se presta a estas personas.

TRABAJADORES

Pero los trabajadores y los voluntarios lo tienen en mente. Saben que dentro de seis días aquello estará cerrado. Para entonces, prevén organizar algún tipo de movilización que demuestre a la ciudad que no se pueden quedar de brazos cruzados. Ayer estaban confeccionando un gran crespón negro en señal de duelo.

Cáritas continúa negociando con la Consejería de Bienestar Social y con el Ayuntamiento de Badajoz un lugar donde trasladarse. Esta semana ya hay una entrevista concertada con la consejera. El director de Cáritas, Andrés Guerra, comentaba ayer que el cierre del actual centro no tiene vuelta atrás y lo que intentan ahora es que la reapertura se produzca lo antes posible, y pueda realizarse, a más tardar, a principios del próximo año.