El Centro Penitenciario de Badajoz tiene en la actualidad algo más de 700 reclusos, una cifra que ha ido disminuyendo en los dos últimos años, acorde a lo también acontecido en otras prisiones del país, según señaló ayer su subdirector, Santiago García, durante el acto de celebración de la Virgen de la Merced --patrona de Instituciones Penitenciarias---en la sede de la Delegación del Gobierno.

La apertura de nuevos grandes centros penitenciarios en ciudades de comunidades como Andalucía, Castilla La Mancha, Madrid o Galicia ha hecho que la población de otras prisiones -como el centro pacense- descendiera. Esta situación se ha producido pese a que en los últimos tiempos se han dado penas de prisión a delitos como los relacionados con el tráfico o endurecidos las condenas por violencia de género.

Dentro de la actual población reclusa en el centro pacense, un 10% están acogidos al tercer grado --una parte de ellos regresan a dormir, aunque la mayoría son usuarios del programa telemático, portando una pulsera que permite controlar las entradas y salidas--.

García añadió que el centro está funcionando bien "pese a la plantilla disponible", reducida con la crisis como el resto del funcionariado público. El principal problema, según dijo, es su antigüedad, puesto que se construyó en 1984, y hay alguna obra pendiente, que en estos momentos se está presupuestando.