Nada que ver con aquellos llamamientos para evitar los sacrificios inminentes de los animales acogidos en la perrera municipal porque estaba saturada. El funcionamiento del Centro de Protección Animal ha cambiado radicalmente, no solo por su adecuación como refugio para otros animales además de perros, sino por la gestión de las adopciones, que se han multiplicado desde que el ayuntamiento se la adjudicó a Clinivex, que cuenta con el apoyo de varias asociaciones. En lo que va de año el colectivo Ayúdanos a Ayudar ha conseguido la adopción de cien perros y en el centro ya solo quedan 9 en estos momentos, según explica su responsable, Carlos Rosa. Los que están ahora, son perros más «complicados». Posiblemente uno de ellos salga inmediatamente. Otro «tiene mucho miedo» y requiere rehabilitación y entrar en contacto con la familia interesada.

En enero llegó a haber 70 perros, repartidos entre el centro de protección y los acogidos en casas particulares y clínicas. La situación era tal que el sacrificio era una opción, pero el nuevo gestor empezó a darles salida, entre ellos a un grupo numeroso que se trasladó a diferentes protectoras de Barcelona. Rosa cuenta que ha habido perros que tal como entraban en el centro salían con familias de adopción «sobre la marcha». Este veterinario achaca este cambio a «la gestión». «Cuando te involucras al cien por cien» este es el resultado, que requiere dedicación a cualquier hora y cualquier día de la semana a disposición de los interesados en adoptar.

Para reanudar su actividad y recuperar el contacto con las familias tras el parón obligado por la crisis sanitaria, el Centro de Protección Animal ha organizado el próximo 1 de agosto una jornada de puertas abiertas (a partir de las 19.00 horas) para que los ciudadanos visiten las instalaciones y conozcan el trabajo diario del personal laboral y de las asociaciones. Además de Ayúdanos a Ayudar, en este centro colaboran Gatos Ancat, que dinamiza la gatera y ha conseguido 20 adopciones este año, aunque en el centro hay 21 gatos aún. También está Rexcate, que fomenta la atención, adopción y recogida de fauna exótica.

La intención de Rosa es organizar esta actividad una vez al mes para dar a conocer su funcionamiento y su manera de trabajar con los animales. Señala que cada vez acude mas gente a las instalaciones, incluso los días de diario «que antes nadie iba».

A pesar de ello, reconoce que queda aún mucho camino para que estas instalaciones sean conocidas, así como todos los animales que acoge, a modo de refugio, gracias a la adaptación de los espacios. Además de gatos y perros ahora hay dos burros, un pony, un caballo, cabras, conejos y hasta cerdos vietnamitas. Por ahora los animales de granja no se pueden adoptar. Las familias pueden acudir con los niños para que tengan la oportunidad de tocarlos y verlos. Tienen también una decena de tortugas de Florida, para las que proyectan preparar un estanque. Con el Refugio del Burro, que está saturado, quieren llegar a un acuerdo para traer ejemplares que se podrán adoptar. Planes que están dando sus resultados.