La reivindicación, ya vieja, de que la Universidad a Distancia tenga un centro en Badajoz corre el riesgo de quedar en vía muerta, como en su día quedó la Facultad de Bellas de Artes, por otros motivos --que habría que revisar--, si las instituciones y las fuerzas políticas y sociales no se lo toman en serio. Parece claro y lógico que con más de 600 alumnos --sin entrar en cuántos hay en otras localidades que ya lo tienen--, la capital pacense tuviera ese centro desde hace años, sin embargo, o la inacción de la propia sociedad y de sus representantes, o los localismos ñoños, o la siempre recurrente mano negra han hecho que esto no sea así.

Justo cuando la Universidad de Extremadura, indebidamente partida, inicia su descentralización abriendo nuevos campus en la región, no es de recibo que una universidad, precisamente a distancia, como la Uned siga haciendo oídos sordos y deje que la cuestión se resuelva en una reyerta entre ciudades, partidos y emociones enconadas, cuando por su propia naturaleza debe ser la más interesada en facilitar el acceso allá donde mayor interés hay, como lo demuestra la Asociación de Amigos de la Uned con su labor desde hace al menos cinco años, con sus tutorías y reivindicaciones.