«Los centros de promoción de la mujer siguen teniendo mucho sentido hoy en día». Lo aseguraba ayer su presidenta, Carmen Muñoz, para quien estos espacios, que nacieron con el principal objetivo de enseñar a leer y a escribir a mujeres que no habían podido estudiar hace 60 años, han evolucionado con el tiempo y se han convertido en puntos de aprendizaje y formación más encaminados ahora al desarrollo personal de las usuarias. En Badajoz hay diez centros de promoción de la mujer: Gurugú, El progreso, La Uva, Santa Teresa, María Auxiliadora, Santísima Trinidad, Cerro de Reyes, San Roque, Suerte de Saavedra y el centro penitenciario, con una media de 200 usuarias -también asisten algunos hombres, pero su presencia es todavía testimonial-. En estas seis décadas, unas 15.000 mujeres se han beneficiado de sus cursos, talleres y actividades, que desarrollan con tan solo una subvención de 3.000 euros anuales que les concede el Ayuntamiento de Badajoz «para los gastos corrientes» y el esfuerzo de su cerca de medio centenar de voluntarios, que trabajan «de manera altruista y desinteresada», destacó Carmen Múñoz.

Con motivo de sus 60 años, ayer por la tarde se celebró en la Residencia Universitaria Hernán Cortés un encuentro en el que las usuarias de los centros de promoción de la mujer expusieron el tema en común en el que han trabajado a lo largo de este curso: Mujeres relevantes en la historia, tras lo que hubo una actuación de la cantante Pilar Boyero, patrocinada por la Diputación de Badajoz.

También el próximo 5 de junio, en la Residencia Universitaria de la Fundación CB (Rucab), se llevará a cabo una mesa redonda sobre la Historia de los centros de promoción, en la que intervendrán casi todas su presidentas a lo largo de estos 60 años, así como usuarias para contar su experiencia.