El número de conductores condenados por un delito contra la Seguridad Vial no deja de subir. En poco más de un año y medio que se puso en marcha el taller de seguridad vial, conocido como Taseval, por parte de Instituciones Penitenciarias, han pasado por él 310 conductores de la provincia de Badajoz y quedan otros 84 en lista de espera para poder realizar esta actividad impuesta por el juez como parte de la condena.

Esta medida, que sustituye a los Trabajos en Beneficio de la Comunidad (TCB), surgió ante el aumento de penados con la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Vial, que hizo insuficiente las plazas que se ofertaban para realizar los TCB.

El Taseval fue impartido en su primera etapa, desde junio hasta noviembre del 2010, por monitores de Cruz Roja a raíz de un convenio suscrito con Instituciones Penitenciarias, sin embargo este año retomó la actividad el director de Programas de Instituciones Penitenciarias, Antonio Quintana, que ha dado un giro a los contenidos del Taseval.

"Estamos utilizando recursos propios y ofreciendo una formación más especializada coordinando a distintos profesionales que están cualificados para hablar de estos temas", según explicó Quintana.

De esta forma, participan como ponentes representantes de la Policía Local, como el intendente Antonio Nogales o el agente José Miguel Benegas; el Fiscal de Seguridad Vial, Diego Yebra; la responsable del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil Ana Pachón; o María Luengo, miembro de la Asociación de Estudios de Lesiones Medulares. También colabora el psicólogo Florencio Alvarez.

Cada uno de ellos ofrece su visión de las consecuencias del consumo de alcohol y otras sustancias en la conducción, las consecuencias de los accidentes de tráfico y las normas de circulación, tanto en la ciudad como fuera de la ciudad.

El taller dura seis sesiones al mes con cinco horas cada una e incluye una parte presencial (en clase) y otra práctica que cada alumno desarrolla fuera, "suelen ser ejercicios que debe realizar en su entorno familiar, en su barrio o donde ellos se mueven".

No existe un perfil concreto de alumno del Taseval, sin embargo la mayoría son hombres, "trabajadores de clase media que conducían tras consumir alcohol y que en un momento determinado tuvieron la gran suerte de encontrarse con un control de la Guardia Civil o de la Policía Local que evitaron que sufrieran las consecuencias de un accidente", según Quintana, quien recordó que la mayoría de los que pasan por el Taseval fueron denunciados por ir bebidos, pero hay otro grupo que conducía con el permiso suspendido porque habían perdido todos los puntos y le sigue otro de conductores que nunca se sacaron el carné de conducir.