Junto a la guardería del Cerro de Reyes, en la calle Leopoldo Luengos, se acumulan bolsas de basuras, restos de ropa, plásticos y escombros. Por si fuera poco, la zona está rodeada de hierbas de hasta dos metros de altura que sirven de nido a algunos animales. Este paisaje ha provocado que los vecinos alerten del peligro de que se genere un foco de infección y del riesgo de que se produzcan incendios si no se desbroza antes del verano.

"Hay garrapatas, pulgas y ratas del tamaño de un gato y en el verano tenemos que tener las ventanas cerradas por la cantidad de mosquitos que hay", lamentaron ayer Julia López y Emilia Duarte, dos vecinas de la calle San Vicente de Paúl, al lado de la guardería. Ambas denunciaron que a "la falta de limpieza" se suma la actitud incívica de muchos ciudadanos que utilizan el lugar para arrojar sus desechos. "Ven que ya está sucio y tiran lo que quieren", dijeron.

La basura no se acumula únicamente junto a las instalaciones infantiles. La presidenta de la asociación vecinal, Isidra Méndez, denunció también la suciedad del auditorio, en la parte nueva del Cerro de Reyes. Maderas, plásticos, latas y hasta un carro del Carrefour adornaban ayer estas instalaciones, que también han sido el objetivo de los vándalos que han roto parte de los asientos de piedra y las escaleras, han pintado sobre la pared del escenario y han dejado al descubierto los cables de un registro de la luz.

Tampoco la limpieza de las avenidas Salvador Allende y Pablo Neruda satisface a los vecinos. En sus medianas se acumula la basura, ayer, incluso, alguien había arrojado un viejo colchón. "La recogida de basura se hace en condiciones, pero la limpieza deja mucho que desear", criticó Isidra Méndez, quien indicó que en este aspecto las calles de la parte vieja del barrio era la más sufrida. "Parece como si esa zona no existiera o vivieran animales, pero hay muchos vecinos", dijo. El colectivo vecinal reclamó al ayuntamiento que se vigile la actuación del personal de Limpieza "para que el trabajo se realice en condiciones", porque hay calles en las que los operarios "ni entran".

La dirigente vecinal, no obstante, reconoció la suciedad del barrio no solo se debe a la falta de limpieza por parte de los servicios municipales, sino también, en muchos casos, a la irresponsabilidad de los vecinos que arrojan los ripios "donde les parece, cuando tienen un contenedor a 25 metros", señaló.