Los vecinos de Cerro de Reyes asistieron anoche en la parroquia de Jesús Obrero a una misa en recuerdo de las 23 víctimas mortales de la riada del 1997, en el 11 aniversario de la tragedia. En el acto religioso, una mujer leyó los nombres de los fallecidos en un ambiente emocionado.

Tras estos 11 años, en los que se ha concluido el realojo de los afectados y las obras de los arroyos Rivillas y Calamón, quedan flecos por resolver. La Asociación de Vecinos de Cerro de Reyes pide que se concluyan las expropiaciones y las demoliciones pendientes, según la presidente vecinal, Isidra Méndez. El ayuntamiento aún tiene abiertos 158 expedientes de expropiación y le quedan por hacer unas 60 demoliciones de viviendas y garajes.

Méndez afirmó que "nos gustaría, ya que ha quedado todo tan bien preparado en los arroyos, que se cuide, que se respete y que se modifiquen los paseos de las márgenes para que no se forme barrizal cuando llueve, con grava u otros materiales".

Y contó que hay "gente que se va a andar y hacen el camino completo en las dos direcciones. La zona está quedando muy bien, las cosas como son" .

Muchos vecinos siguen sintiendo, dijo Méndez, "temor cuando se producen lluvias intensas. Los oyes diciendo madre mía ya lo tenemos aquí. Intentamos no recordar pero cuando viene el agua, no lo puedes evitar. Y nos acordamos con mucha pena de Antonia, la abuela cuyo cuerpo no apareció tras ser arrastrada por el agua".

Sobre todo, señaló la presidente de la asociación, los vecinos quieren que se terminen "los derribos para que desaparezca la mala imagen que da todavía el barrio; eso nos ayudará a olvidar. La gente en general rehace su vida e intenta tirar adelante, porque hay que seguir", afirmó.

En cuanto a los problemas actuales, siguen siendo "los de siempre: vigilancia y limpieza. Y el puente entre Pablo Neruda y Federico García Lorca, que sigue sin llegar a la autopista, que sería una ventaja para el barrio porque habría otra entrada".