Es habitual que en muchas peluquerías a los clientes se les agasaje con un café de la máquina de cápsulas, pero a Badajoz todavía no habían llegado los negocios concebidos con un concepto híbrido que combina ocio y estética. El precursor en el mundo fue The New York Blow Dry Bar en la ciudad de los rascacielos allá por el 2005 y su versión española abrió en el 2012 en Madrid, el Blow Dry Bar, ambos enfocados a la clientela femenina. La idea se extendió y con el auge de las peluquerías masculinas de estilo surgieron los negocios que ofrecen en el mismo espacio cortarse el pelo y la barba y tomarse unas copas.

En la capital pacense, el primero ha abierto en Valdepasillas, en la avenida Sinforiano Madroñero. Se trata de la bar-bería Mano de Santo. Su nombre, además de atestiguar que el cliente va a salir satisfecho y asegurar el bienestar que proporciona su servicio, es el acrónimo de los apellidos de sus impulsores: Abraham Sánchez y Edu Torres, dos jugadores de fútbol reconvertidos en peluqueros con una trayectoria ya contrastada. Para llevarlo han contratado al peluquero David Pérez.

No hay en Badajoz otro local semejante, que funcione como peluquería y a la vez como bar y permita organizar citas gastronómicas, degustaciones o maridajes, las noches de los fines de semana. Sánchez y Torres jugaron en el CD Badajoz y en la Unión Deportiva hace unos años. Cuando Abraham dejó el fútbol montó su negocio de peluquería y Torres hizo lo propio al poco tiempo. Ambos en Badajoz. Durante un curso que realizaron hace meses en Liverpool descubrieron barberías en tabernas y al regresar empezaron a buscar un local, hasta que «dimos con uno que se asemejaba a nuestra idea», cuenta Sánchez. El establecimiento era antes un bar y conserva su barra, donde además de poder tomar una cerveza en horario de peluquería (masculina, aunque cualquiera puede ir a beber una cerveza, un café o un refresco), las noches de los viernes y sábados aprovecharán el local para organizar catas de cerveza, degustaciones de sushi, platos mexicanos o vino y queso. De momento no van a servir copas, por la limitación de los permisos, debido a que han unido dos licencias individuales. Sí abrirán por la noche porque está en vigor la licencia del antiguo dueño del bar. Con una decoración industrial, el local cuenta con dos sillones de barbero, espejos y tocadores, además de un gran sofá vintage que invita a la espera y a la conversación con una caña en la mano.