Otedama, un juego tradicional de bolas malabares utilizado por abuelos y nietos japoneses, o una churruca, instrumento de percusión panameño, fueron algunos de los regalos que los miembros de la agrupación Maikono-Kai y el ballet folclórico Panamá Fuerza Raza, intercambiaron con el alcalde de la ciudad. El salón de plenos del ayuntamiento se convirtió ayer en un escenario internacional, con motivo de la recepción ofrecida por la corporación municipal y la consejería de Educación y Cultura a los ocho agrupaciones participantes de la 34 edición del Festival Folclórico Internacional. "Badajoz es una ciudad abierta a otras culturas", valoró Fragoso, quien agradeció a los bailarines que hayan hecho posible que un año más la ciudad acoja este certamen. Como Japón y Panamá, también el resto de grupos entregaron al alcalde obsequios identificativos de sus países.

Tras el acto, la plaza de España fue el escenario elegido por los bailarines para deleitar al público pacense con una pequeña dosis del folclore más internacional. Sobre patines, aparecieron los miembros de Rangpuhar, la agrupación india. Sin ruedas pero con mucho ritmo y sin dejar de ondear sus floreadas faldas, deleitaron a los asistentes los integrantes del grupo panameño, al grito de "viva Panamá". Cerraron la actuación los miembros de la Asociación de Coros y Danzas de Badajoz, organizadores del certamen con la Jota de la Siberia.

Una ceremonia de clausura en la que participan todas las agrupaciones pone esta noche el broche a las actuaciones que desde el jueves se han llevado a cabo en el auditorio municipal Ricardo Carapeto. Hoy se subirán ala escenario (22,30 horas) los grupos de Panamá, Armenia y Badajoz, a las 22.30 horas.

Por la mañana se celebra la actividad Ven a bailar con los grupos del festival en el paseo de San Francisco, en la que las agrupaciones realizarán una exhibición, que posteriormente repetirán con otros grupos y el público asistente.