Más de dos toneladas de papel, una tonelada de garbanzos, miles de metros de alambres, otros tantos de cuerdas y centenares de botes de cola. Estos son los utensilios que los vecinos de Campo Mayor necesitan para preparar las flores de papel que engalanan sus calles durante sus tradicionales Fiestas del Pueblo.

El presidente de la República de Portugal, Jorge Sampaio, se encargará hoy al mediodía de inaugurar estas fiestas que comienzan hoy y finalizarán el próximo día 7 de septiembre. Miles de personas procedentes de Portugal, España, Francia e incluso de Italia, visitarán este pueblo, situado a 13 kilómetros de Badajoz.

Durante estos días los vecinos de Campo Mayor cubren sus calles con falsos techos fabricados de flores de papel, de tal forma que apenas se pueda contemplar el cielo y entre un rayo del sol. Además, engalanan las fachadas de sus casas con distintas decoraciones fabricadas también con papel. Para ello, los habitantes comienzan a prepararlo seis meses antes, dedicándole siete horas al día y haciéndolas con la mayor discreción posible, de tal forma que el vecino del al lado no se entere de lo que se esté haciendo hasta el día de la inauguración.

Ayer los vecinos daban los últimos retoques a las fachadas y preparaban los troncos donde van enganchadas las filas de flores. Mientras las mujeres preparaban los últimos detalles de las decoraciones, deseosas que llegaran las 21.00 horas para comenzar a colgarlas en las calles. Celia Sarago§a, una vecina, señaló que están toda la noche poniendo las flores, y una vez puestas "nos vamos por todas las calles cantando las saias --canciones típicas de Campo Mayor-- para ver las decoraciones que han hecho los demás". Celia afirma que la "alegría que se vive durante estos días en Campo Mayor no es comparable con la de otro lugar".

Otras de las vecinas, Beatriz Paralta, asegura que los nervios comienzan "el primer día que haces la primera flor hasta que se inician las fiestas". Beatriz Borrega y Cristina Moedas se sienten "muy contentas" fabricando las flores, pero el último día no paran de llorar cuando ven las flores quemarse en una hoguera.