Cuando Teresa Algaba echó ayer, sobre las tres de la tarde, el cerrojo a su puesto en el mercado de Santa Ana, puso fin a un capítulo de su vida laboral, tras 30 años al frente de su carnicería, pero también cerró un capítulo de la historia de un edificio emblemático para la ciudad de Badajoz. Después de 65 años, desde su inauguración en 1950, el mercado de Santa Ana dejó de existir.

Teresa fue la última en cerrar, -dos días antes se marchó el propietario de la otra carnicería que quedaba-, ya que quiso agotar el plazo de cortesía dado por la Consejería de Sanidad. Pero Teresa no estaba sola ayer, ante la puerta de su negocio se habían congregado medio centenar de vecinos, convocados por IU, para protestar por el cierre y reivindicar al ayuntamiento la recuperación de este mercado, ubicado en el casco antiguo.

Los manifestantes no eran numerosos, pero sí significativa la presencia de colectivos ciudadanos y políticos. Asistieron el vicepresidente de la Asociación Amigos de Badajoz, Manuel Márquez Martín, el presidente de la Asociación de Empresarios del Casco Antiguo (Aecab), Jacinto Mendoza, el cronista de la ciudad, Alberto González, el concejal de IU, Manuel Sosa, y el concejal del PSOE, Lorenzo Blanco.

DESACERTADO Todos coincidieron en que es "desacertada" la decisión del ayuntamiento, que ha permitido que este edificio se haya ido deteriorando por la falta de mantenimiento, pese a las advertencias realizadas en los últimos años desde Sanidad.

El representante de Amigos de Badajoz cree que es "incoherente" la actitud del gobierno municipal con este edificio, cuando está haciendo un esfuerzos para dinamizar el casco antiguo, "es obvio que este tipo de mercados produce un efecto dinamizador en la zona y una serie de sinergias que generan a su vez otro tipo de negocios, además se hace una oferta de productos y establece un nivel de competencia interesante para los compradores".

El temor de algunos de los manifestantes es que al cerrar sin tener claro, por parte del ayuntamiento, qué utilidad se le dará, "se venga abajo, lo que supondría un paso atrás en la revitalización del casco antiguo".

El presidente de la Aecab insistió en la necesidad de que se le dé una utilidad al edificio, aunque no sea como mercado, para lo que propuso la convocatoria de un concurso de ideas para que se desarrolle en este edificio "un proyecto con proyección de futuro de acuerdo con las expectativas de la zona".

Por su parte, el concejal de IU criticó al ayuntamiento por haber incumplido la ley en los últimos nueve años al no mantener las condiciones sanitarias de este local. "Hace ya nueve años que la Junta de Extremadura le advirtió que no cumplía las condiciones sanitarias exigidas".

CONVERSACION Manuel Sosa adelantó que el viernes mantuvo una conversación con el concejal de mercados Alejandro Ramírez del Molino, en la que éste se comprometió a sanear y atender sanitariamente el edifico, para después hacer un estudio urbanístico con el fin de cuantificar la inversión necesaria para poner en valor el edificio.

Sin embargo el concejal de IU desconfía "porque las promesas son reiteradamente incumplidas desde el año 97", por lo que anunció que IU "va a mantener una presión en la calle de forma continuada.