En el largo período en que el imperio romano se enfrentó con el de los partos y, luego, con la gran dinastía iraní de los sasánidas, la frontera entre potencias quedó fijada en el curso del río Eufrates que, además, está rodeado por enormes extensiones desérticas. Cuando los árabes musulmanes acabaron con la dinastía sasánida (636) imitaron algunos de sus métodos. Ya mencioné cómo se copió el modelo circular de algunas ciudades --Hatra-- para crear otras islámicas nuevas --Bagdad--. Pero lo cierto es que a lo largo de tan dilatado enfrentamiento se acuñó como modelo de población fronteriza una forma muy definida, cuyo origen era campamental. Es decir, estaba relacionado con el modo en que se asentaban las guarniciones en aquellas fronteras. Estos asentamientos, algunos llegaron a convertirse en auténticas ciudades, solían constar de dos recintos: más grande, el primero, que lo rodeaba todo y servía de zona residencial y, más pequeño, el segundo, que era el espacio castrense. Este se situaba en un costado del primero y tenía dos accesos principales: de comunicación con la zona habitada, uno, y, otro, que daba directamente al exterior y permitía a la guarnición salir y entrar sin interferir en las actividades del resto de los habitantes, una parte de los cuales formaba parte del contingente acantonado. El espacio menor era, a la vez, fortín defensivo, arsenal y depósito de materias estratégicas. Entre éstas, el agua potable. Por eso solía estar dotado de un aljibe independiente. Lo necesario para garantizar el abastecimiento de la tropa.

Este modelo ha sido considerado por la mayor parte de los investigadores como prototipo del empleado por los conquistadores árabes en al-Andalus. Pero ahora sabemos más, porque la Arqueología cambia sus postulados según avanza la investigación. Sin que neguemos el empleo del paradigma descrito, hemos de aceptar la existencia de otro más: alcazaba+explanada+medina. Puede tratarse de algo nuevo o de una adaptación, en la medida en que demostremos la presencia de una gran muralla exterior ciñéndolo todo. Este parece ser el caso de Batalyús. Las dos fases de la población justifican su adopción. Y parece haberse adecuado admirablemente a la topografía del solar, que ha variado más de lo que suponemos. Como también se usó en el Magreb Extremo, me ha parecido pertinente describirlo antes de rematar esta columnata.