Los vecinos del Gurugú y Colorines se cruzan estos días con caras que no les son familiares. Estos desconocidos son 26 alumnos de Trabajo Social de la Universidad de Comillas de Madrid, que hasta el viernes participan en una experiencia piloto con la que pretenden acercarse a la realidad de personas que viven en situación de exclusión social y marginalidad. "Venimos a aprender, porque esta gente no tiene solo problemas, también mucho que enseñar", explica Fernando Vidal, uno de los profesores que acompaña a los estudiantes.

El proyecto, que cuenta con la colaboración de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción y Cáritas de Mérida-Badajoz, prima el contacto directo con las personas que sufren exclusión social, pero también con aquellos que a través de instituciones, oenegés y colectivos luchan contra ella. El lunes por la noche dieron una vuelta por Colorines y en medio del "desamparo" --así lo describió Vidal-- se encontraron con un joven de 20 años que a medianoche estudiaba en unos locales de Cáritas. "Eso quiere decir que hay gente capaz de salir adelante y darnos clases de resistencia y superación",

Macarena Verastegui, una de las alumnas que participa en la experiencia, ha percibido en el poco tiempo que lleva en el barrio una sensación parecida: "En este barullo de basura y droga, vemos luz, alegría, gente con ganas y esfuerzo", relata.

¿Por qué eligieron el Gurugú y Colorines? Fernando Vidal reconoce que la situación de esta barriada "no es la peor de España", pero sí hay algunas características que las distinguen del resto. Citó que con el paso de los años se han ido formando distintas "capas" de exclusión social (realojos, personas que viven en caravanas, las antiguas UVAS...), pero sobre todo que, aunque ha habido intentos fracasados de regenerar la zona, la batalla no se ha dado por perdida y existe "un compromiso intenso" por parte de algunos colectivos por cambiar la situación.

En este sentido, Vidal abogó por "recuperar la memoria" de la lucha vecinal de hace 30 años. "La gran solución del barrio requiere una alianza de todos", dijo. También para el párroco de la Asunción, Vicente Martín, el trabajo en red y el sentir que "todos estamos a una" es la esperanza de un barrio que estos días da lecciones magistrales a universitarios.