Agosto podría ser un buen mes para los clásicos. Del cine, por supuesto. La primera película que recuerdo, debía ser solo un niño, fue King Kong (1933), con la puerta del pasillo entreabierta después de que mi madre me mandara a la cama porque estaba aterrado de miedo. Clásicos de la edad dorada de Hollywood más alguna excepción e imprescindibles europeos, películas para ver cien veces porque las historias son eternas y el blanco y negro siempre es un valor añadido. Cine de verdad sin más herramientas que el talento. Propongo una peli para cada día de agosto con mis 31 clásicos preferidos. De Capra, Caballero sin espada, Vive como quieras y ¡Qué bello es vivir! De Ford, ¡Qué verde era mi valle!, Centauros del desierto (y sirva un doble con El hombre que mató a Liberty Valance) y El hombre tranquilo. De Hawks, Scarface y La fiera de mi niña. De Lubitsch, Un ladrón en la alcoba y Ninotchka. De Lang, Furia y El testamento del doctor Mabuse, aunque toda la trilogía es espléndida, pero la de 1922 dura más de cuatro horas y es muda (¿Cómo me dejo M, el vampiro de Dusseldorf o Perversidad? De Wilder, me quedaría con toda su filmografía, pero vamos al más difícil todavía: Perdición y El apartamento. De Hitchcock, La ventana indiscreta y Rebeca, aunque, otro que tal, todas sus películas son para verlas una y otra vez. De Cukor, Historias de Filadelfia y Luz que agoniza. De Wyler, La loba y Los mejores años de nuestra vida. De Curtiz, Robin de los bosques y Casablanca. De Walsh, Los violentos años veinte. De Mankiewicz, Eva al desnudo. De Sturges, Los viajes de Sullivan. De McCarey, el pack de Tu y yo (la del 39 y la del 57). De Ulmer, Detour. De Sirk, Escrito sobre el viento. De Kazan, La ley del silencio. Más cerca, Dreyer, con Ordet, Renoir, con La regla del juego y Berlanga, con Plácido. Por último, otro pack, la misma historia, pero de distintos directores: Luna nueva (Hawks) y Primera Plana (Wilder). Como bonus track, y terminado agosto, Cuando llegue septiembre, no es gran cosa, pero elevará el ánimo tras las vacaciones. A la vuelta, otra selección con Vivir para gozar, Testigo de cargo, Los sobornados, La costilla de Adán, El sueño eterno, Uno, dos, tres, Arsénico por compasión, Bola de fuego y así hasta el infinito, pero no más allá, que allí solo hay efectos especiales. Me salieron 50, pero las noches son largas.

*Periodista