Una treintena de conductores llevaron ayer a bendecir sus coches ante la imagen de San Cristóbal, que fue trasladada en furgoneta desde la iglesia de San Juan Macías hasta la explana de la Alcazaba para presidir el acto de bendición organizado por la Delegación Pastoral de Carreteras de la Diócesis.

Después de rezar la oración al santo, el sacerdote delegado de esta pastoral, Agustín Pérez, acompañado por el canónigo de la catedral, Apolonio Noriega, empezaron a bendecir a los coches y a repartir medallas entre los conductores. Era una estampa típica del pasado que dejó de verse en la ciudad en la década de los 60 y que esta delegación ha querido recuperar.

Ante San Cristóbal desfilaron algunos vehículos antiguos que hicieron historia, como una carabana Wolsvagen T2 con cocina de 1974, un Seat 133, un Seat 600 o un Seat Balilla con matrícula PM 5461 y 76 años.

También acudió a la cita una conductora con más de 70 años que no quiso desvelar su nombre, aunque explicó que en su larga trayectoria como conductora no ha tenido nunca ningún percance, "por eso vengo a dar las gracias a San Cristóbal y a pedirle que me siga ayudando". Ahora conduce un Toyota Yaris, pero por sus manos han pasado un Mini, un Ford Fiesta y un Volvo. "Fui de las primeras conductoras que hubo en Badajoz".

La pastoral de carreteras considera que este acto es "un testimonio público de los cristianos", que se repetirá. Para el próximo año tienen previsto crear la cofradía de San Cristóbal, "y entonces saldrá en procesión escoltado por moteros, será una procesión motorizada", según Mariano Cabanillas, miembro de esta pastoral.