Algunas asociaciones de vecinos han manifestado su intención de desmarcarse de la gestión de las bibliotecas municipales ubicadas en sus barriadas al considerar que ésta es una competencia que corresponde al Ayuntamiento de Badajoz. El asunto que más preocupa a algunos presidentes de los colectivos vecinales es que sean ellos, desde las asociaciones, en lugar del ayuntamiento, los que se ocupen de pagar con dinero municipal a las personas que trabajan en estas bibliotecas, algo que consideran "irregular, sobre todo si se tiene en cuenta que estos trabajadores no están contratados y que somos nosotros los presidentes los que firmamos el talón con el que se les paga", según declaró el presidente de la Asociación de Vecinos de Pardaleras, José Luis López.

El ayuntamiento cuenta con diez bibliotecas, seis en la ciudad de Badajoz, -en las barriadas de Antonio Domínguez, Cerro de Reyes, Llera, Pardaleras, Santa Isabel y San Roque, y cuatro agencias de lectura en los poblados de Sagrajas, Valdebótoa, Alvarado y Balboa. Todas están vinculadas a las asociaciones de vecinos, que perciben una subvención anual de la Concejalía de Cultura, con la que pagan entorno a 180 euros mensuales a las personas que trabajan en estos centros.

RESPONSABILIDAD Algunos presidentes vecinales, ya le comunicaron al ayuntamiento que no estaban muy conformes con esta forma de proceder, "ya que si a esas personas les pasa algo realizando su trabajo a nosotros se nos cae el pelo y no tenemos porqué responsabilizarnos de esto, porque es un fraude", según José Luis López. "Desde la concejalía se nos ha respondido en reiteradas ocasiones que están en ello, pero no se soluciona".

El presidente de Valdebótoa, que en estos momentos preside de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Badajoz, Joaquín María Ramos, renunció a hacerse cargo de la biblioteca de esta pedanía en el 2003 cuando se hizo cargo de la presidencia de la federación, "ahora no sé como le están pagando a la persona que se ocupa de la biblioteca".

También el presidente de Antonio Domínguez, Francisco Javier Gutiérrez, ha anunciado su intención de desvincularse de la gestión de la biblioteca de su barrio "y que sea el ayuntamiento el que se haga cargo del pago y regularice la situación laboral de estas personas, bien a través de un contrato mercantil o de un contrato de media jornada, ya que la muchacha que se ocupa de la biblioteca de mi barrio denunció al ayuntamiento y a la asociación, aunque finalmente hubo un acto de conciliación".

Otro de los problemas, es que las personas que se ocupan de estos centros, en unos casos dos horas al día en otros cuatro horas semanales, tardan en ocasiones en cobrar varios meses, ya que el dinero que perciben procede de una subvención, "que no siempre se cobra puntualmente, por ello en la biblioteca de Antonio Domínguez la muchacha cobró el año pasado en mayo", según Francisco Javier Gutiérrez.

MAL SERVICIO Muchas de las bibliotecas se encuentran deterioradas y mal conservadas, como las del Cerro de Reyes o Santa Isabel, aunque las de Pardaleras o San Roque presentan mejor estado, y los fondos no son muy cuantiosos en casi ninguna.

La de Pardaleras, que se encuentra en el mismo edificio de la Oficina Municipal de Consumo (OMIC), no está en mal estado y es grande, según el presidente de este barrio, aunque se queja de que "no funciona porque no va nadie". José Luis López cree que la causa de la escasa asistencia es la proximidad de la biblioteca pública Bartolomé J. Gallardo, por lo que cree que éste "es un servicio desperdiciado". En este sentido propone que el ayuntamiento le busque otra ubicación en el barrio.