El viernes 13 de marzo abandonaron los colegios sin prever que ya no volverían este curso a sus aulas, en cuyos pupitres se quedaron libros y material escolar que muchas familias echan en falta. Pero no todas los recibirán antes de septiembre. En Badajoz, las circunstancias de cada centro son muy distintas y mientras alguno ha descartado devolverlos porque en los hogares se están organizando echando mano de las nuevas tecnologías, para otros este material tangible es indispensables para que los niños puedan seguir estudiando. A ello hay que sumar que no es comparable organizar la devolución en un colegio con más de 700 alumnos, que en otro donde no llegan al centenar.

La Consejería de Educación defiende que sus instrucciones han sido claras. Según ha respondido a este diario, hay distintas vías para el reparto de equipos informáticos que los centros están prestado y los libros de texto del tercer trimestre. En las localidades en las que los ayuntamientos están colaborando con la consejería son ellos los que se encargan de recoger el material en el centro y repartirlo a las familias. Para el resto, los padres están siendo convocados por los colegios de forma organizada y evitando aglomeraciones. En este caso, la consejería está emitiendo, previa solicitud por correo electrónico, certificados a los docentes que han solicitado ir al centro a preparar el material y también a los padres.

En Badajoz la casuística es muy diversa. En el colegio Cerro de Reyes, que es de atención preferente, han conseguido que los voluntarios de Protección Civil lleven los libros y el material a los niños a sus domicilios, gracias a la implicación del ayuntamiento. Se hace a través del dispositivo que reparte las comidas a los niños con becas de comedor, que coordina Javier Pizarro. El inspector de Educación aconsejó al director del centro, Raúl Hernández, que no citase a las familias en el centro por el riesgo sanitario que suponía. En el General Navarro, el Fátima y Santa Engracia sí han ido los padres a recoger los libros. En el Cerro de Reyes surgió la posibilidad de aprovechar que el 70% de los alumnos de este centro tienen becas de comedor. Hay que tener en cuenta además que los escolares matriculados no llegan al centenar.

UN CUADRANTE / El director realizó un cuadrante para que los maestros fuesen al colegio a ordenar el material en bolsas con los nombres de cada alumno. Han estado haciéndolo durante una semana. El lunes Pizarro recogió las bolsas y entre ayer y mañana se llevarán a todos los alumnos de los distintos cursos. Para poder hacerlo, el director ha requerido el informe positivo de la inspección, los salvoconductos de la Dirección Provincial de Educación para los maestros y el visto bueno de la Delegación del Gobierno en Extremadura, necesario si se convocaba a los padres en el centro, aunque finalmente no haya sido así.

Raúl Hernández argumenta que, según la instrucción de Educación, el material se reparte si el alumno no cuenta en su casa con equipamiento tecnológico del que valerse, como ocurre con los del Cerro de Reyes, donde el material impreso es necesario. Hay familias con varios hijos en las que el único recurso es un teléfono móvil, A pesar de lo cual, han repartido «lo indispensable», sobre todo material escolar, como libretas o lápices, pues aunque se llevaron buena parte, lo hicieron calculando que volverían en quince días, En el reparto han excluido a los alumnos de Infantil «porque no tienen autonomía para hacer una ficha».

Hernández entiende que la consejería haya dejado sus instrucciones «abiertas» para que se adapten a cada tipo centro. En este colegio se ha optado por no avanzar en los contenidos dando prioridad al repaso y refuerzo.

Es el mismo criterio que se ha seguido en el colegio Juan Vázquez, cuyo equipo directivo ha decidido sin embargo no devolver los libros a las familias «porque la seguridad es lo primero y no son imprescindibles». Este centro de la barriada de San Fernando tiene 530 alumnos. Su directora, Marisol Muñoz, asegura que las familias no se han quejado de esta decisión. En un claustro decidieron que no es imprescindible el libro físico porque este tercer trimestre se dedicará a reforzar las materias que ya se han dado y, por ejemplo, los niños de primero y segundo tendrían que borrarlos para volver a rellenarlos. Cuando llegaron las instrucciones en este centro tuvieron claro que «los padres no tienen que ser los maestros».

Sus alumnos utilizan el libro digital, Rayuela y una plataforma on line en la que las editoriales ofrecen todos los libros de texto. El material se quedará en el centro para utilizarlo en el primer trimestre del próximo curso. Lo que sí ha repartido el colegio han sido 24 tablets a los padres que las han solicitado, que se han acercado al centro a recogerlas con cita previa, convocados en dos días con un intervalo de 20 minutos entre uno y otro.

En otros centros no lo han tenido tan claro y aducen el desconcierto provocado por la consejería, que primero dio a entender que los padres podían ir a recoger los libros a los colegios, después frenó esta decisión y más tarde remitió el modelo para solicitar el salvoconducto.

PRIORIDADES / En el colegio Guadiana, con más de 700 alumnos, inspección entendió que no se podía devolver el material a todos. Por eso, han dado prioridad a los niños de primero y segundo de Primaria, pues son los que más requieren el apoyo del papel para la lectoescritura, y a los de 5 años de Infantil. Se han entregado a sus padres siguiendo un protocolo que el propio director, Juan de Dios Fernández, organizó. Los citó distanciados, como han hecho con el reparto de casi 40 ordenadores de los que disponía el colegio. Los padres han contado con salvoconductos, pero entiende este director que «si no se multa a alguien que sale a por pan, menos a quien va a recoger los libros para sus hijos, que son de primera necesidad».

700 alumnos tiene también el colegio Arias Montano, donde ha habido quejas de padres reclamando el material. Ya ha repartido ordenadores y ahora se plantea hacerlo con los libros, empezando con los de primer curso, aunque aún no tiene definido cómo lo hará, porque, de momento, el ayuntamiento solo les puede ofrecer dos voluntarios de Protección Civil. Será complicado.