Cada día pasan por el comedor social de la calle Martín Cansado entre 65 y 70 personas, además de otras familias que recogen allí la comida para que los niños no salgan de su casa. Este servicio, atendido por la Congregación de San Vicente Paúl Hijas de la Caridad funciona todos los días del año sin percibir ninguna subvención pública, motivo por el cual la hermana Soledad hizo ayer un llamamiento a quienes puedan contribuir con una cuota para poder seguir funcionando.

La hermana Soledad acudió, abiertamente agradecida, a las puertas del ayuntamiento para recoger las llaves de una furgoneta que le han entregado la empresa Semper, encargada de reunir el patrocinio de 25 empresas que se publicitan en el vehículo. La congregación carecía hasta ahora de un coche para recoger los alimentos, ropas y productos de higiene que les ofrecen. La hermana Soledad mencionó que son muchas las carencias que presentan las personas que acuden a este comedor: "necesitan trabajo, hogar, calor y personas que le ayuden sin hacer muchas preguntas".

A la entrega asistió la concejala de Servicios Sociales, Rosario Gómez de la Peña.