El comedor social San Vicente Paúl ha duplicado el número de usuarios a los que atiende, en comparación con los que atendía antes de la pandemia, cifra que además no ha disminuido desde el final del confinamiento hasta ahora.

La trabajadora social del comedor, Mercedes Iñiesta, afirmó que «en la actualidad se preparan unas 2.500 comidas al mes, un número que ha aumentado de forma significativa desde el inicio de la actual crisis sanitaria».

Con la pandemia, el centro decidió suspender el servicio en el comedor para evitar contagios, por lo que desde entonces se lleva a cabo la entrega de tápers con los platos y postres necesarios. Según afirmó, las instalaciones actuales hacían «imposible utilizar el comedor con las medidas sanitarias instauradas, tanto por el aumento de personal como por el espacio que hubiese sido necesario». Además, explicó que «un cambio de instalaciones es inviable» pues no se dispone de los fondos para la inversión necesaria para ello.

Entre los nuevos beneficiarios hay muchas casuísticas, desde ciudadanos a quienes se les han acabado las ayudas o el trabajo que realizaban sin cotizar,o han perdido el empleo, a aquellos que han visto mermados sus ingresos y encuentran dificultades para sufragar los gastos domésticos o de material escolar. También hay otros que han obtenido ayudas de administraciones y dejan de acudir, aunque las cifras demuestran que estos casos son mucho menores respecto a aquellos que afrontan una peor situación económica.