Ha costado tiempo y esfuerzo, pero se ha conseguido. El comedor social de San Vicente Paúl empieza a funcionar desde hoy en sus nuevas instalaciones de la calle San Pedro de Alcántara, donde podrá atender al tiple de comensales que acudían al local de la calle José Lanot en el que, como mucho, podían sentarse a diario 25 personas. Allí llevaban 12 años "y ni ellos se sentían a gusto, ni nosotros podíamos darles lo que necesitan, porque son pobres pero tienen dignidad", defendía ayer la presidenta del comedor, Petri González. En el nuevo espacio cabrán más de 80 personas, aunque a diario el número fluctúa, pues se reparten entre éste y el comedor de la calle Martín Cansado.

Petri González se mostraba enormemente agradecida por toda la ayuda que han recibido y que ha permitido este traslado: desde el ayuntamiento, cuyo alcalde, Francisco Javier Fragoso, estuvo en la inauguración, además del exalcalde, Miguel Celdrán, a Caja Badajoz, que aporta la mitad del alquiler (500 de los 1.000 euros mensuales) y en cuya representación acudió Emilio Jiménez. Los gastos fijos mensuales rondan los 3.000 euros, que proceden "de quien va a pasando y deja un anónimo o te da un sobre que no sabes de quién es pero ahí está", comentaba la presidenta.

Encontrar el nuevo local ha sido "dificilísimo", aseguraba. "Hemos recorrido --dijo-- el Casco Antiguo de punta a punta porque la gente no quiere pobres". Pero en este emplazamiento, todos los vecinos han dado el visto bueno. Para adecuarlo pusieron en marcha la Operación Ladrillo, con la que han conseguido prácticamente lo que ha costado la obra. Ahora tienen pendiente organizar una subasta con donaciones. Para atender el comedor cuentan con 30 voluntarios, entre los que está entrando "sabia nueva".