La Asociación de Comerciantes de la Margen Derecha denunció ayer el daño que la venta ambulante de fruta está causando a los comercios de alimentación de San Fernando y exigió al ayuntamiento que se intensifique la vigilancia sobre esta práctica, se endurezcan las sanciones y se les retire la mercancía.

"Es una lacra", definió el presidente del colectivo, Vicente de la Hoz, quien entregará un escrito en el registro del ayuntamiento para transmitir sus quejas a los responsables municipales y reclamar que se ponga fin a esta actividad, que supone "una competencia desleal" para los comerciantes. De la Hoz aseguró que "a diario" se instalan en la avenida Carolina Coronado "tres o cuatro" vendedores ambulantes, que transportan la fruta en furgonetas y coches y la venden a bajo precio. "Precisamente hoy (por ayer) estaban vendiendo el kilo de cerezas a un euro", una cifra muy inferior al precio al que los comercios las adquieren a los mayoristas.

ADVERTENCIA "Si cada uno trae 20 cajas, son 200 o 300 kilos de fruta que nosotros dejamos de vender", denunció el presidente de los comerciantes. A este hecho, añadió que los vendedores ambulantes no cumplen con las condiciones sanitarias y de higiene que exige la ley y advirtió del peligro que entraña comprar fruta de la que, según dijo, se desconoce su procedencia. En este sentido, recordó que hay frutas que están curadas con productos químicos y que "si se cogen" antes del tiempo recomendado "puede estar envenenada".

De la Hoz aseguró que "casi a diario" los comerciantes avisan a la policía local de la presencia de estos vendedores, "pero como no les retiran la fruta, solo les dicen que se marchen, a los 10 minutos ya están otra vez vendiéndola", criticó.

"Están haciendo mucho daño al comercio de comestibles", insistió el representante del comercio de la Margen Derecha, quien argumentó que esta práctica no es temporal, sino que a lo largo del año venden en la calle la fruta de temporada. "Ahora es la época de las cerezas, pero llegará la de los melocotones, nectarinas, ciruelas...". De la Hoz precisamente regenta un negocio de alimentación y afirmó que aprecia el descenso en la venta de la fruta que los vendedores ofrecen en la calle. "Pero la culpa no es solo de los vendedores, también de quien la compra, porque por ahorrarse un dinero está comprando sin condiciones sanitarias".