Los trabajos de demolición del colegio público El Progreso, en el barrio de Los Colorines, se iniciaron ayer por parte de la Agencia Extremeña de la Vivienda, Urbanismo y Territorio. En el terreno que ocupa el citado colegio se creará una nueva zona de desarrollo comunitario para el propio barrio así como de servicios para el resto de la ciudad.

Esta actuación fue anunciada por el presidente de la Agencia Extremeña de la Vivienda, Javier Corominas, durante su visita a Los Colorines el pasado mes de mayo, y su reunión, días después, con el alcalde de Badajoz.

La inversión que el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura debía aprobar para la demolición del citado colegio ascendía a 420.000 euros, según indicó el propio Corominas.

Con la eliminación del antiguo colegio desaparece uno de los elementos perturbadores de este barrio, ya que este edificio abandonado se había convertido en un refugio peligroso. Esta medida se incluye en el marco de actuación acordado y consensuado por las tres administraciones --Junta, ayuntamiento y diputación-- para regenerar esta zona conflictiva de la ciudad, que integran 197 viviendas en la plaza Toto Estirado y otras 64 en la plaza Nicolás Díaz Pérez.

Otra de las actuaciones previstas, junto con las policiales, es la apertura de una de la vivienda que la Junta abrirá en la plaza Nicolás Díaz Pérez, que se encuentra "pendiente de los remates finales de la fachada y se pondrá en funcionamiento en breve", según anunciaron ayer desde la Junta de Extremadura. En esta oficina, técnicos de la Junta y del ayuntamiento trabajarán conjuntamente para analizar la situación individual de cada una de las familias que residen en este barrio y realizar la ´radiografía´ de Los Colorines, con el fin de buscar soluciones.