A los arqueólogos no se nos permite dirigir más de una labor de campo al mismo tiempo. Ese impedimento viene de antiguo y se basa en un hecho en apariencia, sólo en apariencia, indiscutible. Como nuestra actividad es un ejercicio científico, el profesional que la ejerce no puede hallarse en dos lugares a la vez. Su ausencia le haría perder concentración y perdería información histórica. Se ha discutido ya mucho sobre eso en los foros profesionales y esta restricción no debiera aplicarse estrictamente, porque entre su formulación teórica original y la práctica actual media un gran trecho. Hace tiempo el director de un trabajo arqueológico solía ser el único profesional sobre el terreno. Ahora no. Y menos después de la aparición -a raíz de la Ley de Patrimonio Histórico 16/1985- de las empresas especializadas. Raras son las actividades en que sólo hay presente un arqueólogo. Lo normal es que haya, como mínimo, dos. A pesar de todo, la doctrina de la dirección única sigue vigente.

En Extremadura, al parecer, es así, aunque la Junta se permite aplicarla o soslayarla según su conveniencia -o la de algún responsable- sin una explicación clara de los criterios seguidos en cada caso. Será que no los hay. En Badajoz se ha colocado un arqueólogo, dependiente del Ayuntamiento, para hacer el seguimiento, al mismo tiempo de las obras de la puerta de la Trinidad y del baluarte de San Pedro. Y, además, dicho técnico ha de inspeccionar otros proyectos en ejecución y cumplir con sus labores administrativas. Me constan sus capacidades, pero el don de la ubicuidad no lo tiene y con la expresada doctrina en la mano se está permitiendo la pérdida de información histórica. Pues bien, hay profesionales a los que se les ha prohibido en nuestra ciudad hacer lo mismo en dos proyectos igual de cercanos. ¿Por qué se usan distintos criterios cuando conviene? ¿Tienen que ver algo los intereses del funcionario de turno? ¿Es que, cuando interesa, los seguimientos son actividades científicas y, cuando no, ejecuciones rápidas de obras municipales? ¿Está bien eso de que la Administración se controle a sí misma? Luego hablan de apoyar a las pymes. Aquí, al parecer, sólo interesan los visigodos de Mérida. No los de Badajoz. Ya hablaremos de ellos a lo largo del Milenio.