Ya estamos de nuevo donde solíamos. Parecía demasiado bonito que hubiera un modo de venir a Badajoz en hora y media y a precio razonable. Helitt no es consciente -o sí- del modo en que ha defraudado a los ciudadanos de esta región. A decir verdad, quien más quien menos teníamos los dedos cruzados, porque la propaganda que se estaba haciendo más que animar mosqueaba. Y muy pronto la compañía comenzó a demostrar que no era oro todo lo que relucía. Y lo malo no era el servicio; no. Lo malo era la tomadura de pelo a los usuarios. Ese hacer pasar por averías inopinadas paradas programadas. El timo de los puntos acumulados. De los importes no devueltos. De las azafatas a las que no se pagaba. Eso se acabó. A ver si se le encuentra una solución pronto.

Yo he vuelto al tren. O sea, ya he comenzado mis semanas de pasión. Uno de los enlaces con Madrid ha mejorado algo, en el modelo de tren. Ya no es un rompehuesos, pero me temo que los demás siguen siéndolo. Y son cinco horas y media, como mínimo. Una vergüenza y un escándalo. A estas alturas buscar culpables ya es un juego absurdo. El principal es la desidia o la excesiva confianza. El ferrocarril de esta región es toda una prueba de calidad general. Un test de desarrollo. O, mejor, de subdesarrollo. Cuando había dinero no se hizo y ahora no estamos para alegrías.

Como los políticos viajaban en avión, en cuanto Helitt se pasó un pelo todos se le echaron encima. Como esos próceres no viajan en tren pues nadie va a protestar, ni a crear una dirección de correo electrónico para usuarios defraudados. Así que vamos a seguir así hasta que la muerte nos separe. Una pena de dinero el gastado en Fitur y en construir palacios faraónicos de congresos. Con estas comunicaciones aquí no va a venir nadie y las reuniones de lo que sea se van a celebrar en el primer mundo. Porque nadie se creerá a estas alturas que un extranjero cualquiera, portugueses aparte, vaya a llegar a Barajas y luego a meterse seis horas más en un tren de cercanías, pese a la distancia, para venir aquí. Muy importante ha de ser el evento, aunque le paguen el viaje, como para llevar a cabo el periplo de los descubridores. Que eran extremeños, como decía, bien asesorado, nuestro presidente.