Un albañil que el 16 de octubre del 2008 cayó desde el tejado de una casa de la calle Máquina --tenía entonces 53 años--, donde trabajaba en la reparación de la techumbre como empleado de la empresa Edificaciones y Rehabilitaciones Antonio Martínez S. L., para colocar una nueva cubierta sustituyendo la antigua de palos por una de viguetas metálicas, resultó con lesiones graves hasta el punto de que se le ha declarado una incapacidad absoluta para recuperar su profesión.

Como consecuencia de ese accidente laboral, el responsable de la empresa, Antonio Martínez Rodríguez, ha sido condenado, en firme y de conformidad entre las partes por el Juzgado de lo Penal 1, a un año de prisión sustituible por 730 euros de multa, y a pagar de forma solidaria con la citada empresa, en concepto de responsabilidad civil, 150.000 euros a la víctima del accidente.

El trabajador se hallaba solo y apoyado sobre una bóveda en el nivel inferior de la cubierta, afectada por humedades y filtraciones que debilitaban su resistencia, cuando cedió rompiéndose y provocado la caída del albañil de unos 3 metros de altura.

Según los hechos probados de la sentencia, las causas básicas que ocasionaron el accidente fueron la inexistencia de un contrato de ejecución de la obra y de inspección de la bóveda donde se debía realizar un trabajo de grave riesgo. También carecía de una adecuada planificación del trabajo ante las condiciones adversas presentadas.

SIN MEDIDAS DE SEGURIDAD Otra causa fue la falta de señalización de la bóveda como zona con peligro de derrumbe, y de cualquier otra medida de protección (cinturones de seguridad, arneses, redes, barandillas u otras que impidieran apoyarse sobre la bóveda. Y la carencia de recursos preventivos y de un responsable que vigilara y evaluara el riesgo.

"No se adoptó ninguna de estas medidas siendo consciente el empresario de que debería haberlas adoptado, de acuerdo a la evaluación de riesgos realizada por el servicio de prevención ajeno contratado. En el momento del accidente, el trabajador tenía un contrato dijo con una nómina de 1.100 euros.

Este padeció traumatismo craneoencefálico con hundimiento parietoccipital, con contusiones cerebrales múltiples, por las que permaneció 94 días hospitalizados al requerir tratamiento neuroquirúrgico, tardando 211 días en estabilizarse.

Como consecuencias de las lesiones, tiene una cicatriz en el cráneo y sufre un "síndrome disejecutivo", con síndrome prefrontal y trastornos de la personalidad en grado moderado, en el razonamiento, en la capacidad de generar estrategias para resolver problemas, en el lenguaje, el control motor, la motivación, la afectividad, la personalidad, la atención, la memoria y la percepción.