El vehículo que la noche del domingo fue perseguido por la Policía Local hasta La Luneta, además de por el conductor, J. M. C., era ocupado por otras cuatro personas, entre ellas una mujer y un menor. En el transcurso de la persecución llegó a superar los 140 kilómetros por hora.

Además del delito contra la seguridad del tráfico por conducción temeraria, se le imputarán al conductor del Renault Laguna --que aún no ha sido detenido-- otros cargos por incitación a la violencia, ya que éste huyó a pie en la calle La Sabaleta, pero desde un tejado, armado con un palo, incitó a los vecinos para que agredieran a los agentes.

Sin embargo, las personas allí congregadas, unas 40, "estorbaron un poco la persecución, pero no intentaron agredir a los agentes", según el intendente de la Policía Local, Antonio Nogales, quien aseguró que "sólo el conductor lanzó un palo desde el tejado sobre el oficial que le persiguió".

Según Nogales, esa noche el 092 recibió varias llamadas, entre ellas la de un agente fuera de servicio, alertando de que el conductor de un Renault Laguna "iba haciendo eses" e invadiendo el sentido contrario en la carretera de Sevilla, a la altura de Los Montitos.

Este conductor fue perseguido por el jefe de servicio, que patrullaba solo y se encontraba cerca, por el Cerro de Reyes, la autopista (BA-20), Pardaleras, Circunvalación y por el puente de la Autonomía hasta llegar a la margen derecha, donde apagó las luces. El oficial reconoció enseguida al conductor, "un delincuente habitual".

Al llegar a La Luneta los ocupantes del vehículo emprendieron la huida a pie y J. M. C. se subió al tejado de una de las casas incitando a los vecinos a enfrentarse a los agentes.

SIN PUNTOS EN EL CARNE Hasta el lugar se desplazaron dos dotaciones de la Policía Local, una de la Policía Nacional y otra de la Guardia Civil. "Los agentes hicieron su trabajo, cogieron el coche y procedieron a su retirada". El vehículo fue registrado en el depósito municipal, donde hallaron cuatro armas de fuego simuladas y un machete de 25 centímetros.

El coche no era robado, sino de una vecina de la zona, y según pudo saber este diario, el conductor carecía de puntos en el carné de conducir.